El gobierno tiene pagos al Central hasta el 2035
Las deudas contraídas por el anterior gobierno hipotecaron al país. Hay un cronograma de pagos establecido.
La huella negativa en las finanzas nacionales no se borra con facilidad. El constante endeudamiento del Gobierno del expresidente Rafael Correa salpica al actual mandatario y continuará hasta después de muchas administraciones más. Solo con el Banco Central, al que llenaron de papeles del ministerio de Economía y acciones de la banca pública, los compromisos continuarán hasta 2035. Es decir, hay que hacer pagos millonarios por los próximos 15 años.
En total, según los propios estados del Central, el Gobierno de Correa obtuvo unos 6.000 millones de dólares del ente regulador como préstamos por medio de la compra de papeles. Una operación peligrosa porque ese monto equivale al 60 % de los activos de la entidad, que quedaron ilíquidos.
Ahora, el Gobierno de Lenín Moreno debe cumplir con el pago de esas obligaciones y, lo más importante, no renovar los bonos para que la deuda no crezca. Los desembolsos, sin embargo, serán fuertes y complicarán a la ya escuálida economía nacional.
En 2020, por ejemplo, el Gobierno de Moreno deberá pagar 181,3 millones por inversión doméstica. Esos recursos fueron sobre todo a operaciones de banca pública.
En 2021, en cambio, el indicador se disparará. Por banca pública y bonos del Ministerio de Economía, el Gobierno deberá pagar más de 420 millones de dólares al Banco Central.
La carga será más pesada para el siguiente Gobierno. Entre 2021 y 2025 -periodo del próximo presidente del Ecuador- se tendrán que desembolsar más de 3.602 millones de dólares.
En dos años hemos recuperado 620 millones de dólares por los pagos.
VERÓNICA ARTOLA gerenta Banco Central
Hasta 2035 se harán pagos de hasta 1.300 millones anuales. Claro que, desde 2027, el ritmo de pago disminuirá.
Tal como publicó EXPRESO el domingo, los técnicos del Banco Central advirtieron a Correa y a su equipo económico de los riesgos de endeudarse tanto.
No fueron escuchados y se ordenó, por medio de la Junta de Regulación Monetaria y Financiera, la constante transacción de recursos para otorgar liquidez al Estado. Ese dinero sirvió, por ejemplo, para pagar gasto corriente. No fueron a inversiones o escuelas del milenio. Fueron sueldos y salarios.