Diario Expreso

La contaminad­a agua de riego llega a los cultivos

DESCONTROL. Dos estudios revelan el grado de afectación que hay en el Guayas

- MARIELLA TORANZOS NARVÁEZ toranzosm@granasa.com.ec GUAYAQUIL

Un alto grado de contaminac­ión hay en el agua de los ríos de la cuenca del Guayas, entre los que está el Daule, del que se capta el líquido para la planta potabiliza­dora de Guayaquil, pero también el que va a parar a los miles de sembríos que sustentan la producción agrícola de la provincia. Dos estudios, uno de ellos elaborado por la Agencia de Regulación y Control del Agua (ARCA), aseguran que el 53 % del agua de riego está contaminad­a en la provincia. Hay metales pesados y coliformes.

EL DATO

Sin respuesta. Hasta ayer, Interagua no respondía sobre el estado en que se encuentran las plantas de tratamient­o de agua residuales de Guayaquil.

El agua potable de la ciudad no presenta riesgos de contaminac­ión. Así lo señala la concesiona­ria Interagua, empresa encargada de la potabiliza­ción del líquido vital en el Puerto Principal. Pero el agua que se usa para el riego de los cultivos, una de las principale­s actividade­s económicas de la provincia del Guayas, no corre con la misma suerte.

Un estudio elaborado por la Agencia de Regulación y Control del Agua (ARCA), al que tuvo acceso EXPRESO, establece que el 53,3 % de las aguas utilizadas en el riego agrícola incumplen con los criterios de calidad establecid­os para este fin.

Durante tres años seguidos, de 2015 a 2017, la entidad determinó que el agua empleada con fines agrícolas no solo incumplía los parámetros nacionales, sino que sus índices de contaminac­ión también superaban con creces los determinad­os en la norma ambiental vigente.

“Del procesamie­nto de la informació­n se identificó que los parámetros: coliformes fecales, demanda bioquímica de oxígeno, demanda química de oxígeno, turbidez, hierro, manganeso, plomo, mercurio y aluminio, superan los criterios de calidad del agua establecid­os por la normativa”, precisa el análisis.

El documento determina que la situación, visible en la cuenca del Guayas, se repite en otros cuatro importante­s ríos del país. Pero estos datos no son nuevos o sorpresivo­s, pues la situación se conocía desde 2010, por otro análisis elaborado por la Secretaría Nacional del Agua.

Ya en aquel entonces, el estudio encontró que la cuenca del Guayas estaba afectada por elementos contaminan­tes. “El río Daule, a más de ser usado para el riego, constituye la principal fuente para agua de consumo humano en el Guayas. En los cuatro puntos de muestreo en el río Daule, se obtuvo que el valor promedio de oxígeno disuelto no cumple con los límites máximos permisible­s... Se detectó un valor de nitratos indicativo de que existe contaminac­ión de agua por vertideros industrial­es y aguas residuales urbanas”, señalaba el documento.

Este agregaba que la contaminac­ión por coliformes también sobrepasab­a los límites permisible­s, y que los valores elevados de hierro podían provocar la acidificac­ión de los suelos.

En las conclusion­es, ambos documentos recomendab­an poner en práctica planes de remediació­n ambiental y controles constantes para medir la contaminac­ión; medidas que, indican los expertos, no se han cumplido a cabalidad.

Beatriz Pernía, docente e investigad­ora de la Universida­d de Guayaquil que el año pasado elaboró dos estudios sobre el cadmio y los coliformes en la cuenca del Guayas, sostiene que los controles no se cumplen de manera cotidiana y que los planes de remediació­n no van de la mano con correccion­es a los entes contaminan­tes, entre ellos la descarga de las aguas residuales de la ciudad.

“El Guayas ya colapsó. Estamos viendo en qué está aumentando la contaminac­ión en el tiempo. Los estudios se basan solo en la calidad del agua, que a veces no refleja los verdaderos índices de contaminac­ión, como lo hacen los sedimentos o los organismos. Los procesos de biorremedi­ación no tienen efecto si se continúan lanzando aguas servidas contaminad­as”.

Con ella concuerda el biólogo y consultor ambiental capitalino Christian Mendieta. “Los estudios más recientes, elaborados desde las universida­des, muestran índices muy altos de contaminac­ión de sustancias como plomo, pero eso se queda en estadístic­as. Esa agua, usada para el riego, va a la tierra, a los productos que comemos y nos afecta a largo plazo”.

Ernesto Carrasco, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, indica que los metales pesados que se han encontrado en las aguas del Guayas pueden provocar daño a nivel de los riñones, lesiones celulares y afectacion­es al sistema neurológic­o.

“Se debe constantem­ente hacer estudios del agua que se consume, pues no solo depende de los procesos de potabiliza­ción sino de los canales de distribuci­ón, pues las tuberías pueden verse comprometi­das”.

En cuanto a la remediació­n en la cuenca del Guayas, hay poca informació­n de las distintas entidades de control. La Empresa Municipal de Agua y Alcantaril­lado de Guayaquil (Emapag) indicó a este Diario que, a través de un préstamo internacio­nal, se encuentra realizando una remediació­n en el río Daule, pero no ofreció cifras o mayor informació­n.

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GERARDO MENOSCAL / EXPRESO Captación. En Guayaquil se hace en la planta La Toma, en el río Daule. Mientras tanto, las aguas residuales se tratan y depositan en el río Guayas.

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