Pedro Ortiz, el ‘Candado’ inesperado
En Manta le llaman ahora las Manos Benditas, el Ángel del Arco Cetáceo, e incluso se atreven a decir que es el mejor arquero del fútbol ecuatoriano.
A sus 29 años el guardameta tricolor Pedro Ortiz Angulo está disfrutando los mejores momentos de su vida. Sus atajadas le dieron el primer título a Delfín.
El esmeraldeño le reseñó a EXPRESO cómo fueron los instantes en que se dio por finalizado el partido y se definía todo por penales, sobre todo porque su suplente, Denis Corozo, aseguró que estuvo calentando para ingresar a la tanda de tiros desde el punto fatídico.
“Cuando el árbitro pitó el final tuve nervios. Lo que hice fue buscar tranquilidad. Respiré profundamente, me encomendé a Dios y el resto vino por añadidura de la palabra de nuestro Creador”, dice todavía emocionado.
Antes de los lanzamientos, Ortiz no era considerado un arquero que ataje penales. Él mismo recordó que antes, en 2016, le tapó un tiro a Carlos Tenorio en Casa Blanca, y en 2017 a Fernando Gaibor en el Capwell, pero en este último le anotaron de rebote.
Es por ello que la actuación del fin de semana para Ortiz es considerada como memorable. “Las cosas siempre se dan por algo. Son las mejores atajadas de mi vida porque nos dieron este campeonato tan soñado”, expresó el cancerbero, ahora transformado en la figura de la final.
El Candado, como ya lo conocen en suelo manabita debido a la seguridad que otorga a la portería, reveló que el técnico Bustos le dio un jalón de orejas al equipo completo en el descanso.
“Nos calmó, pero también nos llamó la atención. Habíamos sido en los últimos partidos un equipo muy agresivo, ahora fuimos cuidadosos y ‘tiempistas’ para evitar sorpresas. Liga tuvo varias opciones”, manifestó.
Sobre su futuro, por ahora Ortiz prefiere no hablar. Dice que está tranquilo y celebrando por lo alcanzado. Lo que sí dejó claro es que seguirá trabajando para ser considerado en la selección ecuatoriana. Estima que está en un gran momento, pero en su posición de arquero tiene que mejorar mucho más.
Motiva atajarle un penal a un referente como Toño Valencia. En el año no había tapado ninguno, ahora fueron tres... Así estaba escrito.