Un Papá Noel buzo que alimenta tiburones
La Navidad en Río de Janeiro alcanzó el nivel de un espectáculo en la profundidad de las aguas. Esto se da gracia a un Papá Noel que se coloca el traje de buzo y se sumerge para alimentar tiburones y nadar entre más de 2.000 especies marinas.
Una situación que se ha convertido en una de las principales atracciones del acuario de esta ciudad-balneario de Brasil durante la época decembrina. El querido personaje de blancas barbas añadió aletas y tanques de buceo a su tradicional traje rojo para alimentar a Margarida, Donald y Gastao, los tres tiburones de la especie Carcharias taurus -conocida comúnmente como tiburón tigre de arena- que habitan en las aguas del gran tanque oceánico del Aquario de Río, el mayor acuario marino de Sudamérica, con sus 26 mil metros cuadrados de área construida.
El navideño buzo se ha convertido en todo un espectáculo en el acuario, donde grandes y chicos quieren saludarlo y fotografiarlo mientras da de comer a los voraces peces, que miden hasta más de tres metros de largo, ayudado con solo una vara de acero.
“La sensación de ser Papá Noel es maravillosa, porque es ver la felicidad en la cara de los niños y también de los adultos cuando uno se acerca al vidrio para enviar un saludo o un beso”, dice Fabricio Noguera, el buzo profesional de 24 años que caracteriza al personaje navideño.
Para Noguera, a pesar de su experiencia en la profundidad de las aguas, no fue fácil acostumbrarse a las miradas de los espectadores. “La primera vez me sentí un poco nervioso. Llevo tiempo de buzo, pero cuando uno se convierte en el centro de atención en el tanque es una gran responsabilidad. Entonces entra un poco de nervios, pero ya después uno se acostumbra”.
Además de los tiburones, el Papá Noel buzo también alimenta a las rayas, en una labor que repite diariamente por las tardes en el gigantesco tanque oceánico del acuario carioca, donde conviven más de 2.000 peces de 50 especies marinas diferentes.
Además de conmemorar las fiestas navideñas, el espectáculo submarino hace parte de la campaña
‘La vida en el mar pide ayuda’, con la que el Aquario quiere concienciar a la sociedad sobre el daño que hace la eliminación de desechos en el mar.
La mayor atracción del acuario es el tanque principal, el Recinto
Oceánico, donde es posible entrar: tiene siete metros de altura y un túnel que pasa por su interior. Además de este, hay 24 tanques secundarios y otros tres en los cuales el público interactúa con algunos animales.