LA PURGA DEL GOBIERNO, PENDIENTE
Una optimización sin tener en cuenta la simpatía política.
Conversos que siguen generando suspicacias. Un año después de que el Gobierno del presidente Lenín Moreno anunciara una ‘cruzada para descorreizar’ su administración y el aparato estatal, la misión, al parecer, todavía deja algunos cabos sueltos.
Las manifestaciones de octubre pasado dieron la voz de alerta a algunos de los funcionarios de la actual administración que saben que entre los cargos medios y bajos se pudo percibir simpatía con la justa protesta, en algunos casos, pero en otros afloró la nostalgia por el anterior Gobierno.
La sospecha de que hay “topos” que simpatizan con la revolución ciudadana y el correísmo en el actual régimen, no es nueva. La gota que derramó el vaso en la paciencia de Moreno se deslizó el 25 de octubre de 2018.
Días antes, el exsecretario de Comunicación, Fernando Alvarado, se despojó del grillete electrónico que llevaba mientras se lo investigaba por el presunto delito de peculado. Ya sin el dispositivo de rastreo burló a las autoridades y abandonó el país. Lo último que se conoció de él es que se encontraba en Venezuela.
“La fuga de un sospechoso es evidencia de una traición enquistada en nuestras dependencias. Hay un proceso de investigación en marcha y daremos con los responsables”, dijo el primer mandatario.
La fuga se saldó incluso con la destitución de los servidores operativos del sistema ECU-911, que estaban a cargo de vigilar las alertas que emitía el grillete electrónico cuando era forzado y que no fueron monitoreados en el caso de Alvarado.
Otro caso que no deja de levantar sospechas es la filtración de información íntima del presidente Moreno y su esposa, Rocío González, que se produjo en marzo pasado. Los datos fueron sustraídos del teléfono celular y los correos electrónicos personales.
Aunque uno de los primeros portales en hacerse eco de la filtración fue Wikileaks, seguido por el expresidente Rafael Correa, lo cierto es que toda la investigación apuntaba a que la sustracción de la información tuvo un origen más simple y no tan lejano.
Para Óscar Ayerve, la presencia de simpatizantes del correísmo en el Gobierno de Moreno es evidente a todo nivel, especialmente en el sector justicia. A inicio de la semana pasada, la Mesa de Verdad y Justicia presentó el informe recopilado sobre supuestos casos de persecución en contra de funcionarios del sistema judicial.
Beatriz Cadena, coordinadora de esta agrupación, señaló que los abusos que se habrían cometido fueron ejecutados por funcionarios de alto rango hasta por mandos medios y bajos, pero con la anuencia de sus superiores.
La Mesa elaboró una lista con cerca de 213 nombres de personas que piden sean investigadas por haber respondido a las disposiciones de la anterior administración, sin un análisis previo o debido proceso. Efectivamente, entre los mencionados se puede encontrar a personas que permanecen laborando en posiciones distintas.
El discurso oficial es moderado a la hora de abordar este tema. EXPRESO consultó al secretario de Comunicación, Gabriel Arroba, sobre la presencia de correístas en el Gobierno. El funcionario prefiere no señalar a grupos o personas específicas, pero reconoció que, más allá de sus corrientes políticas, será necesario hacer un proceso de optimización de la masa laboral que se disparó con la anterior administración.
EL DETALLE
Reclamo. Según la Mesa de Verdad y Justicia, unas 342 personas pudieron resultar perjudicadas por funcionarios de la anterior administración.