Miradas rotas de la crisis en Chile
Los perdigones disparados por la policía durante las protestas dejaron secuelas ❚ Dos personas completamente ciegas y otras 17 con la pérdida de la visión de un ojo ❚ Aquí sus historias
Un policía disparó directo al rostro a Ronald Barrales. Estaba a menos de 10 metros. El perdigón llegó desde el asiento del acompañante de un vehículo de los carabineros en uno de los días más tensos de las protestas contra las políticas del Gobierno en Chile. “Sentí el impacto en el rostro, caí al suelo, me levanté y observé que caía sangre del ojo, mucha sangre”.
Herido también en el tórax y en el abdomen, Barrales se ha sometido a tres operaciones en el ojo izquierdo. Perdió completamente la visión para siempre.
“El precio que he pagado es muy alto, pero al menos Chile ha despertado”, se consuela Maite Castillo, de 23 años. También perdió la visión del ojo derecho.
Miradas rotas como las de estas dos personas son el lamentable símbolo de las revueltas sociales que explotaron el 18 de octubre, cuando arrancó la protesta por la desigualdad en el acceso a servicios básicos como la sanidad o la educación. Se registran 359 civiles con heridas oculares. Dos personas completamente ciegas y 17 con pérdida de la visión total en alguno de sus ojos.
Las autoridades decían que los balines eran de goma. Un estudio de la Universidad de Chile determinó que solo contenían un 20 % de caucho. El 19 de noviembre la policía suspendió el uso de perdigones a la espera de nuevos análisis en su composición. Sus resultados no se conocen.
359
CIVILES con heridas oculares, en dos meses de protestas.