El bambú echa raíces en la construcción
La planta es cada día más usada en el mundo; en España todavía no
La arquitecta balinesa Elora Hardy está dejando al mundo con la boca abierta por sus construcciones de bambú en Indonesia. Esta planta, que se usa tradicionalmente en Asia y Sudamérica, despierta la atención internacional. Hardy y su estudio Ibuku (que trabaja con los artesanos de Indonesia) utilizan el bambú por “su fuerza, belleza y flexibilidad”.
Hardy ha levantado en el país decenas de construcciones hechas a mano, sin maquinaria pesada, que incluyen casas, complejos turísticos, colegios, hospitales y restaurantes.
No es la única que ha visto el potencial de esta planta, que quiere echar un pulso al hormigón e incluso a otras maderas usadas en Europa. El arquitecto colombiano Simón Vélez ha desarrollado múltiples proyectos en 11 países, entre los que destaca el Pabellón Zeri para la Expo del año 2000 en Hannover.
“La construcción de viviendas o módulos experimentales con bambú se está desarrollando de la mano de jóvenes arquitectos en Indonesia, Vietnam, Nepal, Bali, Colombia, Ecuador, Costa Rica, México y Brasil”, dice Igma Pacheco-rivas, arquitecto de Abouthaus, que trabaja desde Canadá para tratar de cambiar la manera tradicional de hacer viviendas.
La mayor representante europea de esta arquitectura es la alemana Anna Heringer, que hace viviendas, museos, centros universitarios, hostales y escuelas en Bangladesh, India y Zimbabue. “Entre 1.000 y 1.500 millones de personas viven en casas de bambú porque son más baratas que las de madera, pero también más ligeras, fuertes y resistentes a los terremotos que las construcciones de ladrillo y cemento”, comenta Isaac González, diseñador y constructor de estructuras de bambú que codirige la española Bambusa Estudio.
Sin embargo, en España no es posible utilizarlo como elemento estructural para construir inmuebles al no contar con un marco regulatorio.