EN CONTEXTO CÓMO LIDIAR CON LOS berrinches DE SUS HIJOS
Las rabietas se originan porque los pequeños imitan a los adultos y no saben expresar lo que
sienten
Recuerde no llevar la contraria en lo que
su hijo le pida. Enséñele a que no puede obtener todo
lo él quiera
Alcanzar buenos resultados depende de todos. Los miembros del hogar deben colaborar en llevar un buen manejo del
tono de voz
Muchas veces los niños, ya sea en la escuela o en el hogar, no saben cómo manejar sus emociones negativas y para transmitir ese malestar, utilizan gritos que van acompañados de rabietas e irritantes berrinches.
Sin embargo, el problema se empeora cuando esta manifestación se produce de manera constante y obliga a que los padres reaccionen de una manera precipitada para calmar a sus hijos.
La psicoterapeuta y profesora universitaria Katushka Vallejo considera que esta situación también se agrava cuando el pequeño recurre a los chillidos para lograr lo que él quiera, “y así se convierte el problema en un círculo vicioso”.
Ante esta situación, Vallejo afirma que los pequeños aprenden a que gritar es la forma de comunicación más eficaz para hablar con sus padres, pero generalmente “lo aprenden de ellos y lo imitan porque piensan que es la forma normal de comunicarse en su entorno”, asegura.
No obstante, cuando los niños son pequeños, aún no saben manejar su tono de voz, ni reconocen qué volumen utilizar en determinado momento. Por esto es normal que ocurran casos en los que llame a sus progenitores a través de gritos para mostrarle algo que les emociona. Los casos más comunes se registran en los infantes de 2 a 4 años.
Por su parte, la orientadora familiar Teresa Saldarriaga reconoce que los niños alzan la voz para llamar la atención de los adultos y así mostrar su frustración.
Por ello, recomienda que los padres deben actuar con paciencia y constancia para crear estrategias que favorezcan a un ambiente positivo.
“Lo ideal es que los padres les enseñen a sus hijos a canalizar sus emociones negativas, demostrándoles que gritando no solucionan nada. Juntos hay que buscar las alternativas con ejemplos en su vida cotidiana”, subraya Saldarriaga.