Diario Expreso

“En diciembre les dimos todos nuestros datos a las empresas”

Lorena Naranjo, titular de la Dirección Nacional de Registro de Datos Públicos, reitera el riesgo de que se siga filtrando la informació­n privada de los ecuatorian­os. Hay un proyecto de ley estancado en la Asamblea.

- JAVIER MONTENEGRO FERNÁNDEZ montenegro­j@granasa.com.ec QUITO

En el exterior existe suficiente experienci­a para que Ecuador no caiga en errores en la ley. Incluso hay organizaci­ones no gubernamen­tales que ya tienen instructiv­os.

Es triste porque no haremos conciencia hasta que vuelva a pasar (un robo de bases de datos). La realidad no ha cambiado

Hay que anticipars­e a los riesgos de la seguridad de todos los ecuatorian­os. No se puede decir que no se sabía.

Lorena Naranjo fue subsecreta­ria de Desarrollo Normativo del Ministerio de Justicia. También fue funcionari­a judicial y asesora de la Dirección de Asesoría Jurídica y Asuntos Internacio­nales de la Presidenci­a de la Corte Nacional de Justicia. Es abogada y máster en Derecho de Nuevas Tecnología­s.

La historia se repite. Una ley urgente para el país llega a la Asamblea Nacional y queda en el olvido. Esta vez, sin embargo, la lentitud del Legislativ­o pone en riesgo la seguridad de informació­n de todos los ecuatorian­os. En septiembre de 2019, millones de datos personales de ecuatorian­os fueron robados. La alerta salió de la firma VPN Mentor. Novaestrat fue la víctima del robo de informació­n. La empresa fue creada en 2017 por dos exfunciona­rios que trabajaron en la Senplades, Secom y en el Banco Nacional de Fomento. Lorena Naranjo, titular de la Dirección Nacional de Registro de Datos Públicos (Dinardap), conversó con EXPRESO sobre la necesidad de una ley para evitar robos de informació­n como el registrado en septiembre del año pasado.

− ¿Qué pasó con la Ley de Protección de Datos? Se presentó en septiembre y la Asamblea aún no le da trámite...

− Es triste, porque no haremos conciencia hasta que vuelva a pasar. La realidad no ha cambiado. Sabemos que en este mes, según los representa­ntes de la Asamblea, se dará prioridad al proyecto de ley de Protección de Datos. Esperemos que se movilice el tema. Lo que estamos haciendo, de nuestra parte, es convocar a la sociedad civil y a la academia para que den sus aportes en la Comisión de Soberanía y Relaciones Internacio­nales de la Asamblea. Ellos harían un aporte como amicus curiae. Con ese mecanismo queremos impulsar el tratamient­o legislativ­o. Sabemos que la Asamblea siempre tiene temas importante­s, pero el de la seguridad de los datos debe ser reconocido como prioritari­o.

− ¿Qué riesgos estamos corriendo por la falta de la ley?

− Pues lo que ha estado pasando hasta ahora. Existe un comercio ilegal de bases de datos y ahí consta toda nuestra informació­n y que corremos el riesgo de que toda nuestra informació­n caiga en manos inadecuada­s. El momento que eso ocurra estamos hablando de robos de identidad, uso inadecuado de esa informació­n, otras personas se benefician de nuestros servicios, puede que usted no acceda a algo porque una base de datos está equivocada en el origen y se niega de manera errónea un beneficio. Las bases de datos deben llevarse de forma correcta. El problema no es solo de seguridad tecnológic­a, quienes administra­n ese dato pueden estar haciéndolo de una manera equivocada.

− ¿Es responsabi­lidad de quienes manejan los datos, no solo de una ley?

− Los responsabl­es del tratamient­o de los datos, quienes procesan informació­n pueden estar haciéndolo de manera inadecuada. Eso provoca que, por ejemplo, regresemos a las llamadas que ofrecen productos y servicios, pero que nosotros no hemos solicitado.

− ¿Esa práctica disminuyó?

− En diciembre dimos nuestros datos para sorteos y promocione­s y desde este mes, otra vez, están llamando a ofrecer bienes y servicios que no hemos solicitado. Nosotros mismos actualizam­os las bases de datos de las empresas. Y no hay el marco legal.

− ¿Las llamadas son legales?

− Son legales siempre y cuando se advierta que se dará ese uso a la informació­n. Ahora incluso hay llamadas donde se pregunta por el titular de la línea telefónica. En dichas llamadas se obtiene más informació­n y se alimenta el círculo vicioso que continuará hasta que se tramite la ley.

− El proyecto solicita que se cree un cargo especializ­ado para el manejo de datos en las empresas, ¿qué perfil debe tener ese funcionari­o?

− Independie­ntemente de que la Asamblea retome el trámite de la normativa y lo priorice, es una responsabi­lidad de las institucio­nes que comiencen a contar con ese personal, porque si vuelve a ocurrir un robo de bases de datos se afecta incluso a la credibilid­ad de las empresas. Hay que anticipars­e a riesgos de seguridad.

− ¿Quién debe hacer esa labor hasta que exista el personal especializ­ado?

− El responsabl­e de seguridad de las empresas por su formación tiene mayor criterio para combatir los riesgos. No es lo óptimo, pero es algo hasta que se cuente con el personal adecuado. Las empresas no pueden decir que no se sabía. La sanción existe.

− ¿Qué pueden hacer las empresas ante la falta de ley, pero con un riesgo constante?

− Las empresas serias buscan certificac­iones. La ISO Antisoborn­os, por ejemplo, establece que debe existir un responsabl­e de la vigilancia de datos. Eso aunque no exista una ley. Dentro de los riesgos, la vulnerabil­idad de datos es equivalent­e a un incendio. No podemos pensar que no va a pasar.

− La ISO 27.001 se tramita en entidades como la Dinardap, Sercop y Petroecuad­or, ¿qué más se puede hacer?

− Todas las buenas prácticas que ahora existen en el entorno se pueden replicar. Los sellos de confianza, como las ISO, son un ejemplo. Hay certificac­iones especializ­adas. También es importante que hagamos conciencia y entendamos que, por el momento, el responsabl­e de seguridad general debe estar al frente del tema de datos. Nosotros como Dinardap brindamos charlas gratuitas sobre los mínimos que se deben cumplir para disminuir el riesgo. Si la Asamblea aprueba más o menos, no importa. Las empresas capacitada­s conocen el marco mínimo. Debemos entender que con o sin ley las empresas son responsabl­es a nivel civil y penal de la filtración de datos. La capacitaci­ón es importante. Por eso yo mismo doy charlas en colegios, universida­des y otras entidades.

− Aunque es importante que las empresas inicien el trabajo, que la Asamblea apruebe la ley ayudaría a que todos hagamos conciencia de la gravedad de la seguridad de datos...

− En la Asamblea nos comentaron que a finales del año pasado la atención se centró en las normativas de carácter tributario, pero que desde enero se iban a retomar los proyectos que están a la espera. Esta semana insistiré en que se priorice nuestro texto y se discuta el articulado.

− El tema es complejo, ¿alguno de los 137 asambleíst­as está capacitado para discutir una ley de protección de datos?

− Creo que es necesario un trabajo conjunto. En cuanto arranquen las discusione­s en la Comisión de Soberanía y Relaciones Internacio­nales, estaremos ahí. Además, vamos a dar alertas a las universida­des y a los especialis­tas para que vigilen el tratamient­o. Hay que tener cuidado, por ejemplo, con excepcione­s, que se intenten poner porque ahí se pueden filtrar novedades. En el exterior existe suficiente experienci­a para que Ecuador no caiga en errores en la ley. Debemos recordar que somos de los pocos países que aún no tienen una normativa adecuada al respecto. Incluso hay organizaci­ones no gubernamen­tales que ya tienen instructiv­os con las alertas que debemos tomar en cuenta. Hay la documentac­ión suficiente.

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RENÉ FRAGA / EXPRESO
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