Diario Expreso

AP debe pedir perdón al país

- JOSÉ HERNÁNDEZ colaborado­res@granasa.com.ec

¿ Qué hacer con Alianza PAIS? El presidente Moreno no ha dado señales de estar concernido por esa pregunta. Ese partido estuvo en el centro de la disputa con el correísmo a finales de 2017 y comienzos de 2018. Moreno, ajeno a la vida militante, entendió, no obstante, que no podía dejar esa maquinaria, experta en ganar elecciones, en manos de Ricardo Patiño, Gabriela Rivadeneir­a y demás militantes correístas. El control pasó a su campo. Se convirtió en presidente de ese partido cuya actividad pública es prácticame­nte inexistent­e: Gustavo Baroja, exprefecto de Pichincha, es su secretario ejecutivo y no tiene incidencia pública ni exposición.

¿Qué hacer con Alianza PAIS? La pregunta vuelve ahora, al calor del ambiente electoral, entre asambleíst­as y militantes morenistas y otros que no se reconocen morenistas y sueñan con una tercera vía: ni Correa ni Moreno. Una Convención Nacional está programada para el próximo mes. Antes, habrá una reunión con Lenín Moreno para definir el futuro inmediato de esa colectivid­ad. En Alianza PAIS hay conciencia del deterioro sufrido tras la gestión correísta. Pero, al mismo tiempo, creen que el partido goza de un posicionam­iento en parte del electorado que puede ser capitaliza­do políticame­nte. Ya no aspiran a liderar una tendencia pero sí a hacer parte de un frente político con sectores indígenas, Democracia Sí e incluso Izquierda Democrátic­a. También están pensando en refrescar nombres y rostros: César Litardo, presidente de la Asamblea, podría hacer parte de esa lista.

El dilema de Alianza PAIS no es electoral: es programáti­co y también, y sobre todo, de credibilid­ad. Nadie, empezando por Lenín Moreno, se hace cargo de los pasivos del correísmo. Por supuesto reivindica­n la obra pública y los progresos sociales mientras la bonanza petrolera los aupó. La toma de la Justicia, el secuestro del CNE, el autoritari­smo, el endeudamie­nto con los chinos, el hiperpresi­dencialism­o… Todo eso corre por cuenta exclusiva de Correa. La corrupción por supuesto los escandaliz­a y la denuncian retóricame­nte y sin tregua. Pero la consideran total y absolutame­nte ajena al movimiento: los corruptos no eran militantes de AP. Y hacen la lista: Jorge Glas, los hermanos Alvarado, Alexis Mera… Del dinero extorsiona­do o canjeado por contratos que iba para sus candidatur­as nada saben. Nadie les dijo. Nunca vieron nada. Capítulo cerrado.

Ahora también surgen héroes desconocid­os por la opinión: aquellos que hicieron, puertas adentro, una guerra interna sin cuartel y manifestar­on su oposición a decisiones, políticas y actitudes del correísmo. Militantes que no fueron escuchados y, peor, que fueron perseguido­s. Genuinos demócratas que nunca supieron de negociados y de buena fe ignoraron las denuncias que hacía la prensa.

No se nota esfuerzo alguno para patear el balón a canchas ajenas. No hay en AP noción alguna de lo que significa la responsabi­lidad política. Haber sido, por acción u omisión, cómplice de la mayor empresa autoritari­a y corrupta que ha tenido el país. AP sigue siendo una maquinaria experta en el síndrome del chivo expiatorio y el lavado de manos. No hay siquiera la convicción de que hay que pedir perdón al país por el autoritari­smo y el despilfarr­o. Nadie evoca la necesidad de que el programa político futuro se base, si son demócratas, en las lecciones aprendidas de diez años de poder total, arrogancia, irresponsa­bilidad fiscal e impunidad. Ese sería el primer paso, político y ético, para que el país mire con menos recelo la maquinaria que usó Correa y que ahora busca desesperad­amente un timonel.

Ahora también surgen héroes desconocid­os por la opinión: aquellos que hicieron, puertas adentro, una guerra interna sin cuartel y manifestar­on su oposición a decisiones, políticas y actitudes del correísmo’.

 ?? ADRIÁN PEÑAHERRER­A / EXPRESO ??
ADRIÁN PEÑAHERRER­A / EXPRESO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador