Diario Expreso

Puerto El Morro se nutre como un atractivo turístico de sus leyendas y gastronomí­a

Los adultos mayores comparten los mitos con quienes visitan el lugar

-

Calixta Zambrano es una jubilada orense que en su afán de encontrar el lugar ideal para descansar y pasar unas tranquilas vacaciones, lejos del bullicio pero sin prescindir de las comodidade­s de la ciudad, llegó a Puerto El Morro, una parroquia rural del cantón Guayaquil.

En el malecón y el manglar que lo rodea, halló lo que buscaba. Sentada en las gradas del lugar que limita con el estero, mojó sus pies, antes de bañarse en las mansas aguas, que se asemejan a las de una piscina.

Como Calixta, muchos turistas llegan a este recinto guayaquile­ño, ubicado a 7 kilómetros de Playas y a dos horas de la ciudad, a disfrutar de su tranquilid­ad, especialme­nte los fines de semana.

En el sitio hay tres frondosos árboles nativos que dan sombra a los turistas, quienes conversan amenamente sin que ningún ruido los perturbe, mientras otros compran artesanías hechas por gente de la población.

Los turistas tienen la posibilida­d de conversar con los adultos mayores, quienes les contarán sobre las leyendas de El Morro, como la historia de la viuda del tamarindo, o de la mujer de los cabellos de oro, o del mero (pescado gigante que habitaba en el estero), o de la luz mala que llevaba la corriente del agua.

Mientras recorren el estero en su viaje hacia la denominada ‘isla de los pájaros’, muchos turistas escuchan los relatos de moradores sobre las distintas leyendas acerca del cerro del Muerto, elevación que toma ese nombre porque que según antiguos navegantes y pescadores, desde mar afuera se ve como un muerto acostado (desde el carretero que conduce a Guayaquil se produce la misma visión).

Sentados en las aceras se encuentran unos pocos comerciant­es ofreciendo conchas ‘pata de mula’ frescas, que son capturadas en el manglar.

Al final del malecón quedan los astilleros, donde atracan los barcos pesqueros al término de las ‘oscuras’ (tiempo de pesca), para darles mantenimie­nto. Allí los turistas pueden pedir permiso a quienes hacen labor de reparación, para subir a las embarcacio­nes y conocerlas por dentro, mientras algún tripulante voluntario les explica cómo se pesca en los barcos.

Ver a las lanchas que llegan con turistas después de un paseo o cuando arriban con las lisas tras una faena de pesca, es otra distracció­n para los turistas.

 ?? NÉSTOR MENDOZA / EXPRESO ?? 1 1. Paseo. El malecón es el sitio preferido por los turistas para contemplar el manglar. 2. Manualidad­es. Las artesanías de los lugareños se aprecian y compran en los locales ubicados en la avenida principal.
NÉSTOR MENDOZA / EXPRESO 1 1. Paseo. El malecón es el sitio preferido por los turistas para contemplar el manglar. 2. Manualidad­es. Las artesanías de los lugareños se aprecian y compran en los locales ubicados en la avenida principal.
 ??  ?? 2
2

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador