El Everest, sueño de todo alpinista
El Monte Everest, ubicado en la cordillera del Himalaya, entre China y Nepal, recibe durante todo el año a cientos de aficionados al montañismo, que tratan de coronar su cumbre de 8.848 metros de altura.
Es un desafío terriblemente difícil: nieve congelada y resbalosa, vientos hasta de 135 km/h, así como también la baja presión atmosférica, complican esta tarea que siempre tiene que estar apoyada por guías, sherpas y económicamente bien dotada. Por lo general, entre 200 y 300 personas componen un equipo que intenta llegar a la cumbre.
Los primeros montañistas que intentaron llegar a la cima en 1924 fueron los ingleses Mallory e Irvine, pero fracasaron, muriendo en el intento.
Pese a ello, el primer dúo que registró su llegada a la cumbre, un 29 de mayo de 1953, fueron el neozelandés Edmund Hillary y el sherpa nepalí Tenzing Norgay; quienes permanecieron en en la cima durante 10 minutos e ilustraron con fotografías su hazaña. Lógicamente se convirtieron en famosos, y su logro los llevó a dar la vuelta al mundo contando su logro. Incluso, Hillary fue investido como caballero de la Reina.
Como dato curioso, el nepalés Kami Rita, de 50 años de edad, ha subido 24 veces a la cumbre, siendo uno de los guías más costosos y solicitados por los expedicionarios.
El Monte Everest debe su nombre al coronel George Everest, quien fue uno de los primeros en tratar de coronar el pico más alto del mundo. La segunda cumbre más alta es el K2, de 8.611 metros en la misma cordillera.
El inglés John Hunt fue el primero en intentar, en 1922, divisar el mundo desde la cumbre del Monte Everest; tuvo que ser evacuado al campamento base, semicongelado.
Ecuador tiene con mucho orgullo a Iván Vallejo (2014), y a Carla Pérez (2016), como sus representantes de la crema y nata del montañismo mundial, ya que lograron completar su ascenso sin la ayuda de oxígeno embotellado, elemento considerado indispensable para mantener la condición física.