Debate demócrata: todos contra el favorito Sanders
La lucha por la nominación para la Casa Blanca es desigual para senador de Vermont ❚ La votación de este martes en 15 estados será decisiva para él
Frecuentes interrupciones, frases inacabadas, ningún respeto por el tiempo establecido por los moderadores… Michael Bloomberg haciendo chistes sin gracia... Incluso el público parecía tocado por cierta alienación, con abucheos y aplausos. El décimo debate demócrata, la noche del martes en Charleston (Carolina del Sur), fue un caos aunque también fue un buen debate. Se esperaba un ‘todos contra Bernie Sanders’, que sucedió, por verle como una figura divisiva e incapaz de vencer al enemigo común, Donald Trump.
Ha llegado la hora de actuar como si la presidencia fuera la única oficina que importa.
PETE BUTTIGIEG
Ex alcalde de South Bend
Si la electividad era la prueba de fuego para Sanders, a quien se volvió a recordar en el escenario su defensa de algunos aspectos del régimen castrista, la supervivencia era la palabra clave para el candidato Joe Biden. Se puede decir que el exvicepresidente de Barack Obama superó el examen.
Si existía alguien en el marco del debate de la cadena CBS capaz de construir una coalición multirracial entre los votantes demócratas, ese es el exsenador Biden, que saca cinco puntos en Carolina del Sur al hasta ahora ganador de los caucus y las primarias Bernie Sanders y que cortejó con guiños al votante afroamericano, mayoritario en la población de ese estado. Tal fue el galanteo con la comunidad negra que este sábado votará por su candidato a la nominación demócrata para la Casa Blanca, que Biden prometió que si era elegido presidente nombraría a la primera mujer negra para el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
El debate suponía la última vez que los candidatos aparecían juntos antes del Super Tuesday de la próxima semana, donde votan 14 Estados y la Samoa americana. Si Sanders logra entonces la victoria en California y Texas, la lucha por la nominación estaría casi despejada. Pero antes del 3 de marzo se juegan en Carolina del Sur unas primarias que Biden espera sean el oxígeno que hasta ahora no ha tenido.
A una calle de distancia de la iglesia Emanuel donde en 2015 un supremacista blanco acababa a tiros con la vida de 9 feligreses negros, como recordó Biden, los candidatos a la nominación también se enzarzaban entre ellos. Elizabeth Warren contra Mike Bloomberg, como ya sucedió la semana pasada en Nevada. Bloomberg contra Sanders asegurando que si el senador de Vermont salía elegido habría cuatro años más de Trump en la Casa Blanca. Pero fue el joven exalcalde de South Bend, Indiana, quien más duro le pegó a Sanders.
“Ha llegado el momento de dejar de actuar como si la presidencia fuera la única oficina que importa. Es solo una forma de hacer que Donald Trump sea reelegido”, dijo Buttigieg.
El senador de Vermont llegaba al debate después de una contundente victoria en Nevada y situado como favorito para la nominación. Ese mismo triunfo dejaba patente una brecha entre los seguidores del político de 78 años y el resto de candidatos, como consecuencia de la definición como “socialista” del senador. Las recientes declaraciones de Sanders sobre Fidel Castro y el éxito del “programa masivo de alfabetización” lanzado por este le han supuesto duras críticas.
El exalcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, usaba Twitter antes del debate para expresar que Castro había dejado “un oscuro legado de campos de trabajo, opresión religiosa, pobreza generalizada, pelotones de fusilamiento...”.
Pete Buttigieg comparó a Sanders con Donald Trump al escribir, también en Twitter, que después de cuatro años en los que el actual mandatario ha elogiado a dictadores, Estados Unidos necesita “un presidente que sea extremadamente claro a la hora de posicionarse contra los regímenes que violan los derechos humanos”.