Daule retomó el comercio, pero hay miedo al contagio
CORONAVIRUS. La alegría se convirtió en tristeza para quienes les retuvieron el vehículo.
La medida de reapertura del comercio en Daule, el primer cantón con luz amarilla en la provincia del Guayas desde ayer, trajo alegría y esperanza a unos, que pudieron volver a las tiendas y a los restaurantes, pero también sinsabores y problemas a otros, que no lograron llegar a sus destinos porque sus carros fueron retenidos durante los controles de circulación de placa. Las que rigen en este vecino cantón no son las mismas que en Guayaquil y Samborondón, que siguen con luz roja. En La Aurora, la nueva normalidad sorprendió a muchos. El miedo al contagio fue evidente.
EL DATO
Asamblea. El proyecto de Ley de Finanzas Públicas se analizaba anoche, mientras los bloques legislativos no logran un acuerdo sobre el de Apoyo Humanitario que debatirán hoy.
En la pequeña porción de Daule que se inscrusta entre los cantones Guayaquil y Durán está La Aurora, donde ayer por un lado reinó la alegría, de volver al centro comercial más grande de la zona (El Dorado); y por otra, la incertidumbre de los controles de la movilidad y la preocupación de que una nueva ola de contagios de coronavirus pueda arropar la zona.
Ayer ese cantón y toda su jurisdicción fue el primero de la provincia del Guayas en saltar la línea roja del confinamiento y aplicar las medidas que dicta el semáforo amarillo, entre esas: la habilitación de las empresas públicas y privadas (negocios varios), con el 50 % del personal, que podrán abrir de 05:00 a 18:00, horario también establecido para la movilización peatonal y vehicular.
EXPRESO recorrió La Aurora. El rostro de Diana Ávila, estudiante universitaria, quien reside en la urbanización Cataluña, situada en el kilómetro 12 de la vía Puntilla-salitre, de ese sector, se iluminó cuando a las 10:00 llegó al supermercado de El Dorado, para comprar ciertos víveres y notó que las cafeterías y restaurantes estaban con puertas abiertas.
“Con mi novio nos encontramos aquí para ir al Hiper, pero aprovechamos que abrieron este restaurante y como, acostumbrábamos antes del virus, decidimos comer algo y pasear por el centro comercial”, detalló con una sonrisa a EXPRESO.
Como ellos, decenas de personas aprovecharon el inicio del semáforo amarillo para distraerse en ese centro comercial o hacer compras pendientes en tiendas que se reaperturaron.
“No tengo computadora en casa, hace una semana se me dañó la laptop que tenía, ahora ya puedo comprar una”, detalló Santiago Kooper, de la urbanización Fuentes del Río, quien llegó a la tienda Computrón, también animado.
Los mensajes de que los restaurantes
y los centros comerciales de Daule reaperturaron labores, saltaba en grupos de whatsapp y otras redes sociales. “Aprovecharé para darme una vuelta y tomar un nuevo aire”, detalló Isabel Briones, habitante del sector, en Twitter.
No obstante, no todos apoyaron la idea de salir. Este Diario le preguntó a varios habitantes de la parroquia urbana La Aurora si estaba de acuerdo con el inicio del camino a la normalidad de su sector. Esto, en vista de que una gran cantida de la población del cantón Daule, según le dijo a este medio, rechazaba la medida.
“Se mueve el comercio, porque paralizado daba hasta tristeza, pero me parece una decisión acelerada, no era el momento. Si no lo sabemos manejar podríamos provocar una segunda ola de contagios”, comentó Daniel Rosero, nutricionista y habitante del lugar.
Otros moradores estaban confundidos y molestos por las medidas, especialmente las de circulación. Es que ayer mismo, cuando se flexibilizaron las actividades, grupos de agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) realizaron varios operativos de control de placas y salvoconductos, en la avenida León Febres Cordero, donde retuvieron 20 vehículos entre motos y carros.
“Muchos quienes vivimos en la parroquia La Aurora trabajamos
en Guayaquil. Pero mi carro, por ejemplo, por sus placas aplica para Guayaquil pero no para Daule y por eso me retuvieron el carro”, reclamaba Rolando Camacho, habitante de La Joya.
Sandra Palma se encontró en la misma encrucijada. Ella vive en la urbanización Cataluña y como el resto de su familia trabaja en Guayaquil. Ayer, junto a otros miembros de la familia, llevaba a su hija embarazada a un hospital de Guayaquil, en un carro con placas válidas para Daule.
Eduardo Ayala, director ejecutivo de la CTE, en sus declaraciones fue enfático al indicar que la medida de movilidad aplica solo para el territorio que corresponde a Daule.
“Las placas no coinciden en ambas ciudades, eso nos perjudica. Las autoridades de tránsito de ambos cantones debieron pensar en ellos”, refutó José Quimí, otro afectado y habitante de la urbanización Villa Club.
Ayer en Daule circularon los carros con placa que terminan en 4-5-6, mientras que en Guayaquil los que terminan en 3-4. Y así las placas no coincidirán el resto de días.