Sin recursos, no hay enfermedad que se pueda controlar
El Gobierno olímpicamente se ha desprendido de su responsabilidad nacional frente a la pandemia. Si estamos en “estado de excepción”, el régimen está en potestad de imponer políticas de salubridad que abarquen a todo el país, desde luego con participación de las actividades seccionales en todos sus niveles.
Los municipios no tienen las infraestructuras necesarias que la pandemia exige; si las grandes ciudades como Guayaquil, Quito, Cuenca, Manta, carecen de casi todo, es de imaginar las ciudades pequeñas, cantones y parroquias. Se va a hacer realidad lo que escuché en un video: “Los pobres están enseñados a morir, que sigan muriendo...” y “los muertos de hambre están para morir en la guerra... que mueran”.
Inconcebible, si a los municipios les deben rentas atrasadas, que el IVA, que la partida anual, que esto y aquello. Un pueblecito, una parroquia, ¿qué recursos propios tiene? Por lo tanto, la decisión es totalmente equivocada, es una sentencia de muerte.
La pandemia desnudó en toda su magnitud la impreparación de este Gobierno y también la de los anteriores, nunca han sido la salud y la educación temas de política seria en beneficio del país.
La economía está como está precisamente por los malos gobiernos, este fue parte del anterior, solo quiere desmarcarse, la justicia tarda, pero llega.