Caso omiso a las reglas que impone el semáforo en rojo
Moradores de sectores populares de Guayaquil irrespetan medidas
Sino fuera porque la mayoría de las personas usa mascarilla, parecería que la avenida Casuarina (o entrada de la 8) no fue incluida en la emergencia sanitaria por el COVID-19.
La mala manipulación de alimentos, aglomeración de transeúntes y la circulación de todo tipo de vehículo fue parte del panorama que se observó ayer en la arteria que conecta la Perimetral con sectores populares del noroeste de Guayaquil.
Los moradores dijeron conocer que el coronavirus ha cobrados miles de vidas, incluso lo han vivido en ‘carne propia’ por la pérdida de familiares y amigos; sin embargo, la mayoría ignoró lo que significa el semáforo rojo en la ciudad.
“No quiero imaginar lo que sucederá en este sitio cuando Guayaquil pase a semáforo amarillo. Seguro habrá más desorden”, expresó Eduardo Carriel, morador de Balerio Estacio, quien aseguró que toma las medidas
sanitarias para evitar que sus dos hijos se contaminen con el “maldito virus”.
Pero la Casuarina no es el único sector que irrespeta el semáforo rojo. Bastó efectuar un recorrido de dos horas para comprobar la irresponsabilidad de ciertos ciudadanos.
El escaso control en la vía a Daule y en tramos de la Perimetral permite que conductores de autos y motocicletas circulen sin importarles las restricciones, de acuerdo al último dígito de placas.
El respeto del semáforo en rojo también pasa desapercibido en varios puntos del suburbio. Uno de los sitios conflictivos es el ‘Mall del Piso’, situado en las calles 24 y la E. Apenas uno de los dos carriles están habilitados para los vehículos, debido a la colocación de la mercadería y la circulación de personas.
Entre los vendedores y clientes pasa desapercibido el distanciamiento social. Mientras el cierre de locales obliga a que los comerciantes de la Bahía se las ingenien para llegar al público y no generar sospechas de los policías municipales. Un ejemplo es ocultar la mercadería y herramientas en bolsos y maletas. Pero basta que un vendedor muestre los productos para que se formen aglomeraciones sectorizadas. “es sencillo para las autoridades decir ‘cierren los negocios’, pero no toman en cuenta que todos los días tenemos que alimentar a la familia”, justificó Lourdes N., mientras coloca una lámina protectora a un celular.