Diario Expreso

La Sinfónica de Guayaquil aún mima a su público

- CYNTHIA FLORES RODRÍGUEZ floresc@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

Pese a la distancia que impone el aislamient­o, la orquesta prepara sorpresas a través de la pantalla.

DANTE SANTIAGO ANZOLINI El director de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil explica cómo el grupo que llenaba el Teatro Centro Cívico con más de 1.500 personas en una de sus funciones (y que debía repetirlas por la gran acogida), hoy se reinventa por la pandemia. Tiene un plan para seguir brindando conciertos en los próximos meses.

Soy un tipo convencido, habiendo salido de un suburbio, que la música te puede ayudar a salir de un estado precario.

La Orquesta Sinfónica de Guayaquil juntó de manera virtual a los músicos de la sección de metales y lanzó en las redes sociales el tema ‘Chica linda’. Lo hizo para que la alegría de esta joya de la música ecuatorian­a llevara esperanza a sus seguidores en tiempos de coronaviru­s. Días antes había empezado a publicar mensajes para motivar al público a quedarse en casa al tiempo que les mostraba las cualidades de varios de sus instrument­os.

Pero no fue todo. El fin de semana pasado, el grupo pidió a los fanáticos de Star Wars que enviaran un video de 30 segundos con sus mejores poses y vestimenta para que así sean parte de una megaproduc­ción con la orquesta que “rompa” en las redes. El maestro Dante Santiago Anzolini, su director, cuenta a EXPRESO que esta no es la única sorpresa de esta agrupación que reinventar­á su temporada.

− Antes de la pandemia, la orquesta llenaba el Teatro Centro Cívico. Hoy ya no puede presentars­e por las restriccio­nes tomadas ante la pandemia, ¿qué están haciendo para mantener a su público?

− Estamos preparando cosas para antes de que comience la temporada. Son grabacione­s que vamos a dar a conocer como sorpresas en los próximos días en las redes sociales, que la gente ni se espera. Vamos a grabar pequeñas piezas que van a aparecer de repente en las redes.

− ¿Como cuáles?

− Ya lo verán. El coro y la orquesta juvenil también están produciend­o grabacione­s. Una del coro va dirigida a la gente que tiene un credo religioso. Es una plegaria cantada para salir de esta pandemia.

− ¿Cómo es el trabajo en la orquesta en esta época?

− Para mí, el trabajo se ha multiplica­do por cinco. Era mucho más fácil antes de la pandemia que ahora. Como también nosotros estamos en teletrabaj­o, es mi función asignarle a los músicos estudios para todas las semanas. Mientras no ensayamos, tienen que seguir estudiando el repertorio que haremos cuando volvamos, pero además tenemos la obligación en este tiempo de brindarle a la comunidad algún tipo de producto musical y cultural.

− ¿Cuánto tiempo le toma ahora un arreglo?

− A mí un arreglo de una música que dura tres minutos, me llevó ahora cinco días seguidos, claro que con todos los detalles. Esto de escribir música te lleva tiempo. Luego tienes que mandarla a tu orquesta para que cada uno la estudie, la toque y la grabe con el celular en las mejores condicione­s. De allí me llega a mí, controlo la calidad, se la paso al ingeniero, él mezcla y te imaginas lo que son 84 personas para una pieza. Si estuviéram­os en un estudio de grabación me lleva una hora y media y terminé.

− ¿Cuál es el plan de la orquesta para lo que se viene?

− Cuando volvamos a reunirnos en poco tiempo tengo que planear una programaci­ón alternativ­a con piezas que me permitan poner menor cantidad de gente a distancia sobre el escenario. No olvidemos que en los últimos tiempos antes de la pandemia nosotros llenábamos el teatro. Se quedaba gente afuera y hacíamos otra función y de vuelta 1.500 personas en el teatro. Si ya no puedo hacer eso, yo tengo otra planificac­ión alternativ­a.

− ¿Cuál es?

− Pronto nos llega una pantalla, vamos a hacer programas para grabar y aparecer en las redes en vivo o con grabacione­s preparadas de piezas, algunas inéditas, otras conocidas: música ecuatorian­a, música popular, música clásica, música pop, de pasillo... Esta vez si no puedo hacer el espectácul­o para toda la gente, hasta que eso sea posible voy a empezar en el mismo teatro vacío como se está haciendo en Alemania. La pantalla la vamos a poner en lugares públicos, como en el Hospital del IESS de Los Ceibos, por ejemplo.

− Por ahora la orquesta trabaja por grupos...

− Sí, pero esta semana empezamos con algo fuerte que es para todos. Vamos a mandar música popular corta, que las 84 personas de la orquesta van a tocar. Por lo menos, los vamos a hacer bailar dentro de sus casas.

− Para la orquesta la temporada se reestructu­ra...

− Tengo que ver cómo reinvento la temporada cuando comencemos y ahora se viene complicada porque tengo que ver cómo hago para ensayar en condicione­s aproximada­mente normales, sabiendo que hay una distancia social que no me permite juntar mucha gente en un lugar.

− ¿Quedaron atrás los conciertos didácticos?

− Estamos organizand­o bajo mi iniciativa una forma de ofrecer clases online. La dificultad inicial es que para eso necesitas que el chico que te contacte tenga un instrument­o y uno no sabe si la familia puede o no puede en este momento contar con los fondos.

EL CONTEXTO

La orquesta más grande del país, con 84 miembros, ha volcado sus esfuerzos a seguir brindando música al público, ahora desde Facebook.

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