Ventas, con puertas semiabiertas
La bahía de Guayaquil abrió a media llave, vigilada y más ordenada que el primer día de flexibilización ❚ Hubo aglomeración en otros puntos de la ciudad
En el segundo día del semáforo en amarillo en Guayaquil, la reactivación del comercio continuó, en unos casos, con puertas a medio abrir por el temor de sus propietarios a ser clausurados. En algunos sectores, las aglomeraciones le ganan al distanciamiento social que debe imperar parar evitar los contagios de coronavirus.
Lo primero que le prohíben, lo primero que hacen. Si hay un sector de Guayaquil donde las disposiciones y normas de autocuidado ante el coronavirus resultan un reto imposible de ganar es la entrada de la 8.
Ayer, en el segundo día de semáforo amarillo en la ciudad, ese sector, lleno de comercio informal, situado en el noroeste de Guayaquil, renació con fuerza e irrespetando el distanciamiento social y triplicando la cantidad de gente concurrente, que había en las últimas semanas. Hubo hasta una pelea callejera entre dos desconocidos.
La aglomeración desordenada superó el descontrol que en los últimos días había mostrado la bahía, que ayer abrió a media llave, más organizada y vigilada, aunque sin quedar exenta de irrespetar el metro y medio de distancia.
En la entrada de la 8, no había manera de caminar sin tropezar con alguien más por las aceras de al menos 10 cuadras. Gente que iba y venía, algunos incluso sin mascarillas, comprando y vendiendo frutas, productos de primera necesidad, verduras, ropa, mascarillas, etc.
“Es imposible mantener el distanciamiento. La mayoría de los comerciantes informales ha llegado aquí y las veredas no son suficientes para caminar. La gente tiene que bajarse a la calle”, narró desde la ventana de su casa Josefina Conte, moradora.
No obstante, en el centro de la ciudad, la bahía, la zona más comercial de Guayaquil, se mostró más serena que el primer día de flexibilización. Es que además, a las 11:00, un contingente de al menos 10 funcionarios municipales llegó a constatar que los cubículos no abran todos al mismo tiempo y que respeten las normas que ya el Comité de Operaciones
Emergentes (COE) cantonal de Guayaquil les había dictado: iniciar labores a las 10:00, limpiar el lugar, y cumplir las normas de distanciamiento y usar mascarillas y desinfectantes. Hasta las 11:45 solo hubo una clausura en el lugar.
Con el semáforo en amarillo, todos los locales comerciales, a excepción de los puntos de entretenimiento masivo como bares y discotecas, pueden abrir con el 50 % de su personal y pueden atender al 30 % de la clientela que antes tenían.
Y como respetar estas medidas
fue la primera condición que dio el COE cantonal, para evitar un regreso de la ciudad a semáforo rojo, quienes se pusieron ‘la camiseta’ de ordenadores y vigilantes, fueron los mismos presidentes y agremiados de las asociaciones de comerciantes que allí trabajan.
“Estoy verificando que ninguno de nuestros 400 socios abra hoy. Vamos a abrir el lunes después de que ya desinfectemos todos los locales”, contó a EXPRESO Joffre Gómez, miembro de la Asociación 6 de Enero.
Manuel Morocho, presidente
de la Asociación General Franco, hizo lo mismo. “Por seguridad y para evitarnos una clausura, los 240 socios vamos a trabajar de forma alternada. Un día abren unos, al siguiente otros. He revisado que todos cuenten con las medidas de seguridad y líneas en el piso que marquen la distancia. Fumigaremos los locales 3 veces a la semana”, detalló.
Por disposición municipal estos negocios abren a las 10:00 y cierran a las 18:00. Ahora, los gremios se quejan de los vendedores informales, que crean la multitud en ese espacio.