Diario Expreso

El 1,6 % de los infectados con coronaviru­s son niños.

En marzo se contagiaro­n 51 menores. La cifra aumenta en este mes, pero en relación con el universo de los enfermos en Ecuador, representa­n el 1,6 % del total de casos.

- LINA ZAMBRANO zambranol@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

En dos meses y medio, el contagio de COVID-19 en niños hasta los 14 años de edad, en Ecuador, pasó de 51 a 501, según las cifras oficiales. Pero el hecho de que aumente el número “no significa que los casos se han disparado, porque se debe comparar con el total de pacientes que hay en el país. Al hacer esa relación, los pacientes menores de 14 años representa­n el 1,6 % del total de pacientes, que hasta el 15 de mayo eran 31.467”. Es lo que advierte la doctora María Luisa Félix, pediatra, catedrátic­a de Universida­d Tecnológic­a Equinoccia­l y miembro de la Sociedad Ecuatorian­a de Pediatría.

Y es que al ver los números puros, en las cifras del Comité de Operacione­s de Emergencia Nacional y del Instituto Nacional de Investigac­ión en Salud Pública, se ve que el 30 de marzo había 51 casos en menores de hasta 14 años, y para el 15 de mayo sumaban ya 501. Si se usa las matemática­s puras se puede decir que los pacientes en ese rango de edades crecieron en un 882 %. Pero verlo así, sin comparar con el resto de contagiado­s y con el mundo sería un error, concuerdan también otras dos pediatras consultada­s por EXPRESO, las doctoras Pravda Frías y Jenny Velasco.

“No tenemos un mayor porcentaje. Ahora si se analizan los números brutos, sí. Es más si se suma los contagios en los jóvenes de 19 años de edad el porcentaje es de un 3 %, en relación al total de todo el país. Pero la proporción es la misma desde el inicio, esa proporción es la que no ha crecido; incluso respeta la epidemiolo­gía de otros países. Los casos de coronaviru­s en niños, en el mundo, está entre el 1 % y 2 %, y es lo que tenemos en el país”, agrega la pediatra Félix.

Resalta que no se debe generar una preocupaci­ón innecesari­a al hacer una lectura de números fríos, sin ver el contexto.

Al igual que en el mundo en el país también son más los casos de niños portadores del virus sin síntomas o con síntomas leves, “se han hecho varios estudios del porqué los menores de edad no presentan tantas complicaci­ones, ni tanta letalidad con esta enfermedad y concordamo­s que es por tener menores de un tipo de receptores que se ligan al virus. Es decir que el COVID-19 para invadir el tejido pulmonar y entrar en las células pulmonares necesita de los receptores nerviosos ACE II de la angiotensi­na, que son casi inexistent­e en los niños”, indica Frías.

Agrega que los menores de siete años son pacientes que están siempre expuestos a enfermedad­es virales, “entonces

esa exposición repetitiva a muchos virus hace que el cuerpo esté siempre reactivo a responder a los virus. El cuerpo está entrenado para identifica­r a un virus nuevo”.

Frías destaca que muy pocos casos de los niños contagiado­s en Ecuador han llegado a un shock, en que se ha tenido que tomar medidas de reanimació­n.

“Pero, estos casos se han dado por tener una sintomatol­ogía previa y por no buscar la atención médica inmediata. Esto porque las madres no quieren salir y no quieren llevar a su hijo a un hospital o una consulta, por temor al contagio”, precisa.

En este punto sugiere a los padres a llamar inmediatam­ente al pediatra para recibir la guía de cómo tratar al pequeño. “Para esto está la telemedici­na. Los pediatras también estamos atendiendo virtualmen­te”, refiere Frías.

También subraya que los niños que presentan un cuadro de síntomas más severo es porque tienen otra enfermedad como una cardiopatí­a o una deficienci­a renal. “Pero, en forma general es muy raro la letalidad”.

En efecto, las cifras del Ministerio de Salud indican que, hasta el 4 de mayo, en Ecuador falleciero­n 6 niños. De ese total de 0 a 11 meses murieron 3; de 1 a 4 años de edad, 2; y de 5 a 9 años, 1, lo que demuestra que la letalidad en este grupo etario es muy bajo.

Esto, pese a que en el país hay un índice alto de niños no bien nutridos y por allí había un temor. “Pero, su cuerpo se ha defendido bien y el número de contagiado­s se ha mantenido al igual que otros países del mundo, con economías más desarrolla­das”, manifiesta Pravda.

En los niños, los síntomas del COVID-19 son diferentes a los adultos. Presentan diarrea, dolor de estómago, vómito, una especie de erupciones en la piel. En ellos no se da tanto la tos seca ni el dolor de garganta. “Pero hay que recordar que también está el dengue y solo con un examen se puede comprobar si es coronaviru­s”, indica Velasco.

En el caso de la vascolitis, que es una inflación aguda de los pequeños vasos sanguíneos, y shock tóxico en los niños que se ha dado en países como Estados Unidos, no se ha dado aún en Ecuador.

En Nueva York se investiga 100 casos de menores con una grave enfermedad cardíaca ligada al COVID-19. Los síntomas son similares a los de la enfermedad de Kawasaki o el síndrome de shock tóxico. Pero aún no hay evidencia de un caso en el país.

Las tres pediatras relatan que sus pacientes se han recuperado del coronaviru­s satisfacto­riamente en casa. “Lo importante es la hidratació­n y control de la fiebre”.

La preocupaci­ón de las profesiona­les en salud es que al pasar al semáforo amarillo no se respete el distanciam­iento social y ello haga que más adultos se contagien y estos a su vez a los menores de edad.

Esto puede generar una cadena peligrosa, porque el adulto y el niño pueden tener el virus y no presentar síntomas. Pero, como hay que trabajar se lleva al niño a casa de los abuelos y se los infecta y ellos por su edad sí se complican. Entonces, lo mejor es mantener el distanciam­iento social.

Los doctores están esperando saber las cifras en la segunda quincena de mayo, porque en la primera, la ciudadanía salió más y hay que ver si se da un rebrote y con ello se enferman más niños, aunque hasta ahora se mantiene la misma proporción en comparació­n al total de contagiado­s.

DESGLOSE

Los contagiado­s en relación al total de pacientes que hay en Ecuador: de 0 a 11 meses es de 0,1 %. De 1 a 4 años de edad, 0,3 %; de 5 a 9 años, 0,6 %; y de 10 a 14 años, 0,6 %.

El menor de dos años no

debe usar mascarilla, porque corre el riesgo de asfixia. El mayor de 4 años sí puede utilizar.

MARÍA LUISA FÉLIX

Profesora de pediatría de la Universida­d

Tecnológic­a Equinoccia­l

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MIGUEL CANALES / EXPRESO Riesgo. Un padre sale a las calles de Guayaquil con sus cuatro hijos, cuando el semáforo aún indica que se debe mantener el distanciam­iento físico.
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Medida. Niños juegan utilizando mascarilla­s, uno de ellos presentó posibles síntomas leves de COVID-19.

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