Menos alertas tras el nuevo semáforo
En la última semana de la luz roja hubo más robos que en la primera del amarillo ❚ El ECU-911 registra un bajón de llamadas
Los habitantes de las ciudadelas del norte de Guayaquil están preocupados por la delincuencia que no ha dejado de presentarse en medio de las restricciones y nuevas flexibilizaciones, ante la emergencia sanitaria del coronavirus. Las quejas por una banda de roba zapatos que opera en sectores como Alborada, Sauces y Guayacanes acapararon las redes sociales hace una semana.
Videos de las cámaras de seguridad de varios domicilios mostraban a un grupo de jóvenes sustraerse las pertenencias que las familias, por medidas de precaución frente a la pandemia, dejaban al ingreso de las casas y en los balcones. Y los testimonios de asaltos y robos a personas en pleno toque de queda siguen.
Apenas el pasado jueves dos antisociales se embarcaron en un bus de la línea 124, en el sector Los Vergeles, en el norte de la ciudad, y se sustrajeron de los pasajeros celulares, bolsos, billeteras y hasta gorras. Horas más tarde del hecho, uno de los delincuentes fue detenido.
Con el cambio de semáforo rojo a amarillo, que empezó a regir el pasado 20 de mayo y que da paso a un mayor movimiento comercial y movilización vehicular y peatonal, las alertas por robo han bajado. Así lo dicen las cifras del ECU-911.
Del 11 al 16 de mayo, la ultima semana en la que la ciudad estuvo en semáforo rojo, esa institución recibió 92 llamadas por robos en la urbe. Desde el 18 de este mes, cuando empezó a reactivarse el puerto aún más, hasta el viernes 22, se registraron 38 llamadas.
Pero aunque con la nueva flexibilización parecen reducirse las alertas, los robos y el temor no cesan. EXPRESO lo comprobó tras un recorrido en las ciudadelas del norte.
“Anoche, como a las 20:00, un grupo de jóvenes sospechosos andaban merodeando el sector. Yo los veía con mi papá desde la ventana. En estos días no ha habido robos, pero sabemos que es algo momentáneo”, cuenta a este Diario Joaquín Ibarra, morador de la sexta etapa de la Alborada.
Según un documento enviado por el ECU-911 a EXPRESO, hasta el 6 de mayo y desde que iniciaron las restricciones por el COVID-19, las alertas por robos y delitos en la ciudad eran de 31 llamadas diarias.