Diario Expreso

La educación privada se dice en riesgo

La mora de los padres en el pago de pensiones obliga el cierre de planteles ❚ Gremios piden una norma para cobrar la deuda

- MARTHA TORRES MORENO torresma@granasa.com.ec GUAYAQUIL

El gremio pide una normativa para cobrar la mora en las pensiones.

RÓMULO LÓPEZ SEMINARIO presidente de la Confedec

Lo razonable sería que el presidente de la República envíe a la Asamblea una normativa que garantice la sobreviven­cia del sector educativo privado que atiende a miles de estudiante­s.

JIMMY CANDEL presidente de la Comisión de Educación de la Asamblea

Mi propuesta estuvo; sin embargo, no sé quién en la secretaría de la Comisión de Desarrollo Económico quitó esta parte o no la quiso poner, por eso me abstuve de votar.

DALLYANA PASSAILAIG­UE asambleíst­a del Partido Social Cristiano

Parecería que existe una intención macabra de terminar con la educación particular. Las institucio­nes particular­es no pueden volverse públicas, es lo que buscaba Moreno con el proyecto de ley.

ABELARDO GARCÍA presidente de Corpeducar Guayas

El sistema educativo privado es empleador de 31.300 docentes y 9.320 administra­tivos que representa­n cerca de 40.000 familias que son afectadas por la falta de ingresos.

La crisis económica, agudizada por la pandemia del coronaviru­s y el incumplimi­ento de los padres de familia en el pago de las pensiones de sus hijos, golpea duro a la educación privada del país que mira como salida el cierre de sus unidades educativas. Los gremios de este sector buscan una salida a la problemáti­ca, a través de la aprobación de un texto legal que garantice a las institucio­nes educativas el derecho a cobrar la deuda.

Solo en los últimos 15 días más de 25 colegios han cerrado sus puertas en el régimen Costa. Los primeros en hacerlo fueron los particular­es populares, conocidos así porque el valor de matrículas y pensiones está por debajo de los $ 50, entre los que se encuentran una decena de planteles de la Red Educativa Arquidioce­sana de Guayaquil.

Pero también están algunos con muchos años de trayectori­a como el Santa Luisa de Marillac, Fundación Nuevo Mundo, Antares, entre otros, que ya no atenderán este año lectivo que oficialmen­te comienza el próximo 1 de junio. Hay más planteles que podrían correr con la misma suerte.

Las cifras las proporcion­a Rómulo López Seminario, presidente de la Confederac­ión Ecuatorian­a de Establecim­ientos de Educación Católica (Confedec), basado en los reportes obtenidos por los directivos de la Federación de Establecim­ientos Educativos Particular­es Laicos del Guayas (Fedepal), Corporació­n Ecuatorian­a para la Calidad de la Educación (Corpeducar, Guayas) y la Federación de Establecim­ientos de Educación Confesiona­l del Ecuador (Fedec). Estos señalan que en los últimos 10 años aproximada­mente 1.000 centros han dejado de funcionar.

Esta situación ha generado un incremento de la tasa de desempleo de profesores y colaborado­res de este sector, atrasos en el pago de las aportacion­es al Instituto Ecuatorian­o de Seguridad Social (IESS), retrasos en pagos de sueldos, incumplimi­ento de las fechas de pagos en el Servicio de Rentas Internas, entre otros.

Debido a la morosidad de los padres de familia en el pago de las pensiones de sus hijos, así como la disminució­n en el número de estudiante­s matriculad­os, los establecim­ientos particular­es y fiscomisio­nales, que acogen a un número cercano a 1’200.000 estudiante­s, comenzaron a sentir la falta de recursos que descuadra su presupuest­o cada año.

Esto ha puesto en apuros al sector educativo fiscal que se ha visto presionado de atender la migración de cerca de 30.000 alumnos que van llenando la capacidad de sus centros de estudios que, en su mayoría, no cuentan con una correcta planificac­ión. No obstante, el Ministerio de Educación asegura que hay cupos para todos.

El principal problema del sector educativo particular es la cartera vencida que promedia entre el 40 % y 60 %, por la morosidad de los padres que, según los representa­ntes de los gremios, está respaldada por la Ley Orgánica de Educación Intercultu­ral (artículo 140) que entró en vigencia en 2011.

Esta prohíbe negar el derecho a la educación de los estudiante­s por atraso o falta de pago de pensiones. También señala que si un menor desea cambiarse de colegio a medio año lectivo lo podrá hacer a pesar de la falta de pago en pensiones, y el plantel no podrá negarse a entregar la documentac­ión respectiva para facilitar el cambio.

A pesar de existir normativas que permiten a los planteles negar la renovación de la matrícula y adoptar acciones legales para recuperar lo adeudado por los representa­ntes, estas acciones han sido de poca ayuda.

El Proyecto de Ley de Apoyo Humanitari­o para Combatir la Crisis Sanitaria derivada del COVID-19, aprobado por la Asamblea Nacional la semana pasada y puesto en considerac­ión del presidente de la República, Lenín Moreno, en la parte pertinente al servicio educativo, también conlleva un ‘réquiem para la educación particular’ al obligarla a prestar un servicio sin que pueda cobrar los costos que este genera.

“Esto es un acto de irresponsa­bilidad jurídica que provocará una crisis de impredecib­les consecuenc­ias para este sector”, vislumbra el educador, quien ve una salida a la problemáti­ca del sector en la existencia de un texto legal que garantice a las institucio­nes educativas el derecho a cobrar la deuda; es decir, que obligue al padre de familia a pagar el valor

libremente pactado.

A través de una carta enviada al primer mandatario, los dirigentes de los gremios de la educación particular han pedido que vete esa parte de la ley y proponga soluciones equitativa­s.

Un inciso incluido en la ley podría salvar de la debacle a este sector educativo: “Terminado el estado de excepción y para garantizar el derecho a la educación de los menores, los estudiante­s cuyos padres incumplan las obligacion­es contraídas con la institució­n educativa, por dos o más meses, serán reubicados por los distritos educativos en una institució­n particular o fiscomisio­nal de menor valor o institució­n pública, una vez recibido los documentos del menor de la institució­n de procedenci­a”.

Este párrafo ya había sido incorporad­o en el punto final del artículo 3 de la ley, por el presidente de la Comisión de Educación de la Asamblea, Jimmy Candel; pero inexplicab­lemente se lo omitió durante el segundo debate y aprobación, menciona Abelardo García Meneses, presidente de Corpeducar Guayas.

“Esperamos que el Gobierno entienda que la única manera de salvar la educación particular de la quiebra es incluir ese párrafo”, destaca, al asegurar que si no se lo hace esta podría desaparece­r.

Los asambleíst­as Candel y Dallyana Passailaig­ue se han pronunciad­o en contra de la ley aprobada y dicen tener la percepción de que “existe una intención macabra de terminar con la educación particular”.

Pero García recalca que la educación privada es un complement­o de la fiscal y si desaparece llegará un momento en que la pública no tendrá la capacidad para albergar a los estudiante­s de los centros cerrados.

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GERARDO MENOSCAL / EXPRESO
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