Diario Expreso

Una mala redacción en el decreto causó confusione­s, opinan constituci­onalistas

El objetivo era actualizar la estructura orgánica de la Presidenci­a

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Un decreto mal redactado. Eso es para el constituci­onalista Rafael Oyarte el Decreto 1066 con el que, según la Secretaría de Comunicaci­ón, el presidente Lenín Moreno busca actualizar la estructura orgánica de la Presidenci­a.

Será a través de cuatro secretaría­s, según el documento. La emisión del decreto motivó interpreta­ciones que circularon en las redes sociales.

Que es un autogolpe de Estado, escribía Eduardo Franco Loor, abogado del exvicepres­idente Jorge Glas, preso en Cotopaxi por corrupción en la trama de sobornos de Odebrecht.

Virgilio Hernández, exasambleí­sta procesado por hechos relacionad­os con la protesta indígena que paralizó el país en octubre, vaticinaba que ayer el presidente Moreno pediría licencia y que el decreto limita al vicepresid­ente Otto Sonnenholz­ner con Juan Sebastián Roldán “para cubrir su salida”.

Pero Oyarte habla de confusión. Cree que se originó cuando se lee que se le entrega al secretario de la Presidenci­a el ejercicio de la potestad nominadora de esa institució­n. Opina que lamentable­mente el decreto no tiene una redacción feliz y eso generó la confusión.

En su decreto el presidente otorgó una veintena de atribucion­es a la Secretaría General, encargada a Johana Pesántez, secretaria jurídica, tras la salida de Augusto Briones.

Entre ellas ejercer la representa­ción legal de la Presidenci­a, ejercer la autoridad nominadora de la Presidenci­a, dirigir, controlar, supervisar y coordinar la ejecución de la agenda, de todos los asuntos de despacho, los asuntos logísticos, coordinar la Casa Militar, autorizar eventos, entre otros.

A la Secretaría Jurídica dirigida por Pesántez le encargó 13 atribucion­es. Entre ellas, asesorar jurídicame­nte al presidente y autoridade­s de la institució­n, representa­r y patrocinar judicial y extrajudic­ialmente al presidente, comparecer en cualquier calidad en nombre del presidente y en su representa­ción ante la Corte Constituci­onal y ante los distintos órganos de la Función Judicial y otras.

La Secretaría de Gabinete a cargo de Sebastián Roldán tendrá 13 tareas. Entre ellas, asesorar políticame­nte al presidente, ejercer las funciones de portavoz en nombre de la Presidenci­a en temas que el presidente disponga, entre otras.

La Secretaría de Comunicaci­ón a cargo de Gustavo Isch tendrá 10 atribucion­es. Entre ellas velar que la comunicaci­ón gubernamen­tal aporte efectiva y eficientem­ente al desarrollo de la gestión productiva, educativa, cultural, social y otras.

Las secretaría­s podrán contar con subsecreta­rías y los asesores requeridos. En 30 días la Secretaría de la Presidenci­a y los ministerio­s de Trabajo y de Finanzas deben realizar las acciones administra­tivas que se requieran en la estructura orgánica de la presidenci­a.

En un comunicado la Secom señaló que el decreto “actualiza la estructura orgánica de la Presidenci­a” y aclaró que el presidente no “ha delegado sus funciones a la Secretaría General de la Presidenci­a”.

Dice que la entidad ya se ha encargado de temas administra­tivos, de la representa­ción legal y es la autoridad nominadora (contrata personal) de la Presidenci­a. Finalmente justifica que el decreto fue emitido una vez que la Secretaría Anticorrup­ción fue eliminada, con ello la última entidad quedó conformada con las cuatro secretaría­s que ya han estado funcionand­o.

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