Otto espera salir ‘con la frente en alto’
El vicepresidente estuvo en el aniversario de la Batalla de Pichincha
La polémica por el Decreto 1066 que buscaría actualizar la estructura orgánica de la Presidencia también tocó al vicepresidente Otto Sonnenholzner, quien ayer pidió arrimar el hombro y “unidos sin egoísmos, levantarnos”.
Su nombre fue mencionado como parte de las elucubraciones que exfuncionarios y simpatizantes correístas armaron en redes sociales que concluyeron en que con el decreto se limitaba al vicepresidente.
Sonnenholzner estuvo en la ceremonia por los 198 años de la
Batalla de Pichincha y el Día del Ejército, en la Cima de la Libertad. En su discurso ese tema no se abordó. Recalcó sí que su llegada no fue por un cargo, por los honores ni por un sueldo vitalicio al que dijo que renunció desde el primer día.
Dijo que aceptó el cargo para trabajar sin sesgos ideológicos ni banderas políticas, alejado de las
pugnas y los radicalismos. Habló de un objetivo claro: lograr que sus actos hablen más fuerte que sus palabras y que no ha parado de hacerlo desde el primer día. “El momento en el que el cargo de vicepresidente se convierta en un impedimento para seguir en esa ruta prefiero salir como siempre lo he dicho, igual que cuando entré el 11 de diciembre de 2018, de la mano de mi esposa y con la frente en alto”.
Habló de las luchas por emprender: contra el coronavirus, la corrupción, las noticias falsas, el hambre, la inequidad y los intereses mezquinos de unos pocos que no quieren que el Ecuador abra los ojos.
Dijo que duele mucho que en el mismo edificio en el que los médicos se jugaban la vida por los pacientes víctimas de la pandemia “habían tres o cuatro pillos viendo cómo se enriquecían. Enriquecerse a costa del dolor ajeno en estas circunstancias, es un hecho criminal”. Invitó al Poder Judicial “que le demuestre al país que esa lucha que se dio por la independencia no fue en vano y era necesaria”.