Al menos 20 iglesias de Guayaquil abren sus puertas a los devotos, con aforo limitado
Las parroquias de Urdesa y Los Ceibos están en esta lista
Desde hoy los centros de fe abren sus puertas en Guayaquil. El Comité de Operaciones Emergentes (COE) nacional así lo dispuso. En la urbe porteña, según un comunicado de la Arquidiócesis de Guayaquil, al menos 20 parroquias lo harán, pero aún no habrá misa.
Esta disposición era esperada por cientos de devotos en la ciudad que querían rezar, desde los templos, para pedir que su familia y seres queridos queden exentos de los efectos de coronavirus, pandemia que azota al mundo.
Mirian Potes era una de ellas. Ayer, fuera de la iglesia Cristo del Consuelo, en el suburbio de la ciudad, le prendió una vela a su santo, se persignó y pidió salud para todos.
“Este se ha convertido en nuestro espacio de rezos. No hay iglesias abiertas por eso lo hago de esta manera, porque quiero estar cerca de la parroquia y mantener viva mi fe”, comentó a EXPRESO.
Los templos pueden abrir pero con un público limitado, uno que ocupe solo hasta el 30 % de su capacidad. Y con semáforo amarillo, las personas pueden entrar a los templos para orar y solo por 15 minutos.
Las parroquias que abren son las que ya tienen un protocolo de seguridad de sanidad.
Entre ellas están el templo María Madre de la Iglesia, situado en la ciudadela Los Ceibos y cuyo aforo permitido será de 220 personas; la iglesia Cristo Redentor, ubicada en las calles
Rosendo Avilés y México, que permitirá el ingreso de 90; la San Antonio María Claret, ubicada en Todos los Santos y Víctor Emilio Estrada de Urdesa; el Santuario María Auxiliadora en el sur de la ciudad; la parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, situada en 9 de Octubre y Pedro Carbo; y las dos parroquias San Alejo del centro, cuyo aforo máximo permitido será de 90 personas en cada una.
Ayer domingo, el panorama en las afueras de varias iglesias de la ciudad, como las del centro, era de desolación; mientras que en otras, como la situada en la ciudadela Alborada ya había dinamismo.
Salvadora Balla, de 65 años, se concentró, junto a otro grupo de comerciantes, desde temprano al pie del templo de la Alborada. Ofrecía diferentes hierbas medicinales: manzanilla, eucalipto, menta, hoja de caballo, hierbaluisa, entre otros.
“Escuchamos que las iglesias ya iban abrir y retomamos el trabajo. Hemos vendido las hierbas fuera de las iglesias por 35 años. Hay pocos clientes, pero igual se vende porque la gente necesita hacer aguas de estas medicinas para pelear con el COVID-19”, detalló con una sonrisa.
Hemos estado a la espera de que abran la iglesia, con todas las medidas, para asistir a ella. PATRICIA ANDRADE Devota del Cristo del Consuelo
Siempre hemos vendido nuestras hierbas en las iglesias y esperamos recuperar los clientes. SALVADORA BALLA Comerciante en las iglesias