Chile retoma las protestas en la calle, pese al virus
La pandemia dispara la falta de trabajo y de alimento y evidencia las deficiencias estructurales del país ❚ El narcotráfico se aprovecha para “comprar” conciencias
La pandemia agudiza la falta de trabajo y de alimentos. Prefieren morir de COVID-19 que de hambre, dicen.
Hace una semana, justo cuando se cumplían siete meses de las revueltas sociales de octubre, vecinos del popular municipio de El Bosque, en el sur de Santiago, quebraron el confinamiento y salieron a las calles a protestar, hubo saqueos y la jornada terminó con 22 detenidos.
Volvió a suceder el pasado miércoles en La Pintana, otro municipio obrero de la capital. “Preferimos morir de coronavirus que de hambre”, repetían. Lo relata la alcaldesa Claudia Pizarro. “En Villa Nacimiento, existen viviendas de 12 metros cuadrados. Cuando llega el virus al hogar, se infectan todos inmediatamente”, señala. En Chile se han registrado 65.393 casos de la COVID-19 y 673 muertos.
Marcela Ríos, representante asistente en Chile del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), asegura que estos episodios son una alerta. “Es necesario tener presente que todavía está subyacente un proceso no concluido de estallido social y hay que atender a la dimensión de molestia que todavía sigue presente de manera muy importante en la sociedad chilena”, señala.
En la misma línea, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, admitía esta semana su preocupación por la situación de Chile: “Lo que más nos preocupa es que pueda haber más enojo social del que había antes de la pandemia, justamente porque la desigualdad y la pandemia han demostrado las grandes deficiencias estructurales que se vienen arrastrando en materia de salud y protección social”.
La pobreza ha disminuido notablemente en Chile desde 1990, cuando retornó la democracia. “Si hace 30 años siete de cada 10 chilenos vivía con un nivel de ingreso que no alcanzaba para cubrir la línea de la pobreza, en 2017 llega al 8,6 %. Es una disminución radical”, señala Ríos. Si la pobreza se mide desde un punto de vista multidimensional, la cifra aumenta al 20,7 %. “Pero existe una proporción mayor de personas -entre un 30 % y un 40 %que aunque ha tenido mejorías significativas en su calidad de vida, tiene una vida extremadamente insegura, precaria”, explica la investigadora. Entre las razones, enumera, un mercado de trabajo inestable, salarios bajos, aumento de trabajadores informales, de autónomos y niveles de endeudamiento individual muy elevados.
La reducción de la pobreza en Chile, de acuerdo al PNUD, ha estado asociada al crecimiento económico y a la generación de empleo, dos puntos golpeados de lleno por la pandemia, pero también antes. El año pasado se creció apenas un 1,1 %, en buena parte por las grandes revueltas sociales del último trimestre, aunque desde hace unos 10 años en Chile se observa una tendencia de caída de productividad y de desempeño en su economía.
El desempleo en los tres primeros meses de 2020 se sitúa en el 8,2 %, pero las autoridades hablan de que podría dispararse al 18 %, como no se veía desde la crisis de los años ochenta. El escenario se agrava al no tener una red de protección social lo suficientemente robusta para enfrentar este tipo de batacazos.
El economista Dante Contreras dijo a La Tercera que los chilenos están sentados “sobre una bomba de tiempo” y cree que las protestas “se van a extender a una población más generalizada, en el sentido de que el país se está haciendo más pobre”.
El Gobierno del conservador Sebastián Piñera ha impulsado en el marco de la pandemia dos paquetes económicos por unos 17.105 millones de dólares, equivalentes al 6,9 % del PIB. Entre otras medidas, ha implementado bonos, subsidios para la gente con ingreso informal, un ingreso de emergencia por tres meses a 4,5 millones de ciudadanos, créditos a la pequeña empresa y, desde el viernes, reparte 2,5 millones de canastas de alimentos y otros elementos esenciales para las familias vulnerables y de clase media necesitadas.
LA FRASE
En Villa Nacimiento existen viviendas de 12 m2. Cuando llega el virus al hogar, se infectan todos...
CLAUDIA PIZARRO, alcaldesa de La Pintana
LA AYUDA
NARCOTRÁFICO
A algunas zonas de la Pintana, un municipio al sur de Santiago, ha llegado el narcotráfico con alimentos antes que el Estado. “Intentan comprar conciencias, silencios y complicidad”, acusa su alcaldesa, Claudia Pizarro.
PROFESORA
La profesora Isabel Briones y su amiga Jaqueline Paredes cocinan diariamente unas 130 raciones de comida para las familias de los niños a los que imparte clases, en la población de Santo Tomás. Hay 18 familias en lista de espera.