Diario Expreso

El Bayern hace suyo un clásico con nuevas sensacione­s.

El Múnich se quedó con el clásico alemán gracias a un joya de Joshua Kimmich. Su título 30 a nivel local es casi inminente.

- REDACCIÓN DEPORTES deportes@granasa.com.ec

Se nos informó que Burki siempre está relativame­nte adelantado. El gol más bonito de mi carrera. ¡Fue muy importante!

JOSHUA KIMMICH mediocampi­sta del Bayern Múnich

La Bundesliga no solo le ha regalado a los futboleros la posibilida­d de ver nuevamente un partido en vivo, además adelantó las sensacione­s de revivir un clásico. Si bien el Bayern Múnich vs. Borussia Dortmund no tienen la envergadur­a de un Real Madrid vs. Barcelona o de un Juventus vs. Inter de Milán, el partido que disputaron tuvo buen juego, un golazo, la polémica y situacione­s poco comunes en estos partidos.

Desde el ingreso al campo de fútbol se veía todo diferente, jugadores manteniend­o distancia social, saludando de lejos a sus colegas, ya en el campo hubo un minuto de silencio por las víctimas del coronaviru­s, pero lo que nadie imaginó era que se iba a mantener los 90 minutos.

El estadio del Borussia Dortmund se caracteriz­a por el masivo apoyo de su hinchada y su aliento ensordeced­or, pero ayer en el Signal Iduna Park el mayor respaldo que llegaba para ambos clubes venía del banco de suplentes. Algo que pasará en los clásicos que se jueguen en el Capwell, Monumental, Bombonera o el escenario de su agrado que albergue duelos de este calibre.

Ya no está el ruido del público en el fondo, o los cánticos de la barra, están los gritos del árbitro, los cabreos entre compañeros.

Tampoco apareció el aplauso tras un buen quite, o el reclamo al unísono luego de una jugada peligrosa que a veces llega a convencer al árbitro a que muestre alguna tarjeta.

Pero se jugaba un clásico y los protagonis­tas intentaban, al menos en el césped, denotar normalidad. Sobre todo porque el ganador daba un golpe importante, o el Dortmund reducía a un punto su distancia con el Bayern, o estos se alejaban con siete puntos.

El primer tiempo estuvo plagado de buen juego por ambos bandos. Pelota al piso y con muchas transicion­es coherentes. El local tenía mayor toque de pelota, pero con serios problemas a la hora de cerrar las jugadas.

Por otro lado estaba el dueño de la Bundesliga en los últimos años: el Bayern Múnich. El líder casi inalcanzab­le del torneo celebró el golazo de Joshua

Kimmich entre abrazos, cabezazos, choques de palma, en fin, lanzaron al piso el protocolo de sanidad. Efectos de un clásico.

El Dortmund intentó en la segunda parte, pero no era fino en el último cuarto de cancha. La solidez defensiva de la visita condenó los anhelos del club amarillo por pelearle la corona a falta de seis partidos para el final de la liga.

Bayern Múnich ha marcado una hegemonía en las últimas décadas y parece que este año, con o sin coronaviru­s, no será la excepción. El rey camina franco hacia el trono.

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FEDERICO GAMBARINI / EFE Celebració­n. A pesar de las recomendac­iones sanitarias que ha difundido la Bundesliga, los abrazos, manotazos no se ausentaron en el festejo del único gol del partido.

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