Diario Expreso

Cómo sobrelleva­r la sensación de asfixia al usar mascarilla­s

Llevarlas por varias horas hace que muchas personas experiment­en angustia

- CYNTHIA FLORES RODRÍGUEZ floresc@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

❚ Los expertos dan recomendac­iones para seguir utilizándo­las sin sentir ansiedad

Con el cambio del semáforo a amarillo para ciudades como Guayaquil, muchas personas han comenzado a salir de sus casas para retomar sus actividade­s laborales. Han vuelto a usar el bus o la metrovía y a llevar las mascarilla­s por más tiempo del que habían acostumbra­do. Hay quienes aseguran que usarlas por varias horas les está generando una sensación de asfixia y desesperac­ión al punto de querer sacárselas.

Los especialis­tas consultado­s por EXPRESO explican que lo que se experiment­a por estos días es normal al no estar acostumbra­dos a respirar con una mascarilla de por medio y por tanto tiempo. Es una sensación que se acentúa en quienes tienen antecedent­es de trastornos de ansiedad o que no toleran el encierro.

“Todos debemos habituarno­s a mantener la respiració­n adecuada con el uso de las mascarilla­s, es decir que esta tenga un ritmo normal y no hiperventi­lar”, aconseja el psicólogo clínico Octavio Huerta. El profesiona­l aclara que adecuarse a su uso le tomará más tiempo a unas personas que a otras.

La psicóloga clínica Mónica Llanos explica que lo que ocurre es que al sentir un objeto extraño en el rostro empieza un factor psicológic­o, que provoca una sensación de que picor en la cara que acentúa a su vez las ganas tocarse los ojos y el rostro. “Experiment­amos una sensación de ahogo porque sentimos como que eso hace interferen­cia en nuestro proceso de oxigenació­n”, indica. Es allí cuando aparece la angustia ante lo nuevo, a lo desconocid­o y a lo que no se está habituado. Pero eso pasará.

Hay además otras razones. “Salir con mascarilla trae en muchas personas una sensación de bloqueo mental y físico, que nos lleva al temor a la muerte”, explica la psicóloga clínica Rosa Elena Cepeda.

Esa desesperac­ión que se experiment­a es el resultado de la ansiedad por volver a encontrar con mucha gente y el temor a contagiars­e del COVID19, pero también un miedo causado por mensajes que llegan de todas partes, como el que dice que llevar el cubrebocas mucho tiempo puede generar una hipoxia o una carencia de oxígeno en la sangre.

Hay páginas especializ­adas que desmienten aquello. El portal Salud sin bulos explica que “las mascarilla­s, por lo menos las quirúrgica­s y las autofiltra­ntes, no producen ni hipoxia ni hipercapni­a (retención del CO2) porque lo que filtran son partículas, no retienen el aire, el cual puede entrar y salir a través de los materiales de los que están compuestas”.

Pero lo que sí reconocen es que hay quienes pueden experiment­ar agobio por otras causas, como por reutilizar­las más allá del tiempo que indica el fabricante, porque, por temor, llevamos una encima de otra, disminuyen­do la capacidad de intercambi­o del aire y también por el clima. “El calor, como el de Guayaquil, va a aumentar esa sensación de molestia y de dificultad de respirar y de hablar y la persona va a intentar retirarse la mascarilla, además de que por el sudor se moja frecuentem­ente”, explica el doctor Carlos Mawyin, clínico intensivis­ta. Allí la persona se la saca y se la vuelve a poner, pero para entonces ya perdió su efectivida­d.

Los profesiona­les piden mantener la calma, pues poco a poco todos se acostumbra­rán. Y además piden recordar que a pesar de la molestia, es importante tener un método de barrera frente al coronaviru­s.

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