Diario Expreso

“Corríamos por salvarlos, pero no se lograba”

Enfermeras de Guayaquil se desahogan con sus testimonio­s sobre la epidemia ❚ El personal médico dobló guardias y cargó cadáveres ❚ Hay miedo a un rebrote

- LINA ZAMBRANO zambranol@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL ■

Enfermeras de los hospitales públicos de Guayaquil se desahogan tras vivir dos meses desbordado­s por la llegada de pacientes de coronaviru­s. Temen represalia­s por contar que faltaron camas y material de protección para los médicos.

La voz de ellas se quiebra al relatar los días de marzo y abril de 2020, cuando los hospitales no tenían más espacio para atender a las personas contagiada­s de COVID-19. “Fue necesario tener a los pacientes hasta en sillas de ruedas, con oxígeno, a espera de una cama”.

Las enfermeras no dan sus nombres. “Tememos que nos sancionen por decir la verdad. El Gobierno prometió respetar nuestros puestos de trabajo y aunque nos hemos sacrificad­o por atender a los pacientes han despedido a compañeros del área de salud”, dice una de ellas.

Diario EXPRESO recoge el testimonio del personal de salud de varias entidades sanitarias de Guayaquil: los hospitales del Guasmo, del Instituto Ecuatorian­o de Seguridad Social Teodoro Maldonado Carbo y General Universita­rio de Guayaquil.

Para corroborar lo que las enfermeras cuentan, se contactó a familiares de pacientes que estuvieron en las emergencia­s de los hospitales de la ciudad entre marzo y abril.

¿Los pacientes llegaron a permanecer en una silla de ruedas, en lugar de estar en una cama? Julio Espinoza, quien internó a su madre, Yolanda Bohórquez Solórzano, en el hospital del Guasmo, responde esa pregunta.

“Era jueves 26 de marzo cuando tuve que llevar a mi madre a la emergencia. Llegamos alrededor de las 16:00 y tras hacerle una radiografí­a se confirmó que sus pulmones estaban llenos de flema. Ese día era escaso el oxígeno, pero se consiguió uno. Lo que no hubo fue una cama, vi que mi madre estuvo en una silla de rudas hasta la una de la madrugada, que fue cuando un guardia me sacó”, relata Julio.

Las enfermeras agregan que trataban de atender a todos, pero varios días no se dieron abasto. “En el afán de poder asistir a las decenas de personas que llegaban, más los pacientes que estaban internados, hubo días en que podíamos almorzar pasadas las 14:00. A esa hora alcanzábam­os un poco de arroz sin la proteína y algo de ensalada, y sin sopa”. Una situación que se repite en cada casa sanitaria.

Lo más difícil era el momento en que el paciente llegaba a un shock. “Más de una vez corrimos por salvarlos, pero no se lograba. Entonces nos sentíamos impotentes. Un día en que falleciero­n dos pacientes seguidos, no resistimos más y nos fuimos a un rincón del hospital a llorar. Aún lloramos al recordar cuando fallecía un paciente tras otro”, cuentan.

Hubo turnos de guardia en los que se registraro­n decenas de muertos. “Esto llevó a que entre doctores y enfermeras tuviéramos que hacer de camilleros para llevar los cuerpos a la morgue”, aseguran.

Relatan que incluso llegó a faltar

personal al Teodoro, porque no se entregaban trajes ni mascarilla­s de protección y la Emergencia del hospital del IESS tuvo que cerrar. “Ese día, viernes 3 de abril, los pocos doctores que llegaron se pusieron a ordenar los muertos, que ya se contaban por decenas, y como no entraban en la morgue, se los puso en otras áreas”. Defienden que los cuerpos fueron bien rotulados. Sin embargo, Yolanda falleció y sus hijos recién hallaron su cadáver la primera semana de mayo, por el trabajo de expertos de la Policía Nacional.

Las enfermeras dicen que ahora hay calma, “luego de que se abrieron más lugares donde se atienden los casos de COVID”. Pero advierten que no existe ninguna certeza de que estas escenas no se repitan en un rebrote.

EL DETALLE

Afectados. Según el gremio del Guayas, en Guayaquil falleciero­n 11 enfermeras por COVID-19; se contagiaro­n 538 hasta la primera semana de mayo.

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ÁLEX LIMA / EXPRESO
 ?? CORTESÍA ?? Desahogo. A la derecha, una de las enfermeras que accedió a relatar las escenas vividas durante la emergencia.
CORTESÍA Desahogo. A la derecha, una de las enfermeras que accedió a relatar las escenas vividas durante la emergencia.

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