Diario Expreso

La nueva variedad de ‘Impacto’ para los arroceros

La nueva semilla del Iniap está rompiendo récords de produccion­es en Ecuador. Tras la primera cosecha tiene buen rebrote para soca, que permite bajar costos

- GUILLERMO LIZARZABUR­O C. lizarzabur­og@granasa.com.ec DAULE, GUAYAS

A poco de que el Iniap la libere, la variedad Impacto ha motivado a los productore­s por dos cosas: su alto rendimient­o (de hasta 10 toneladas por hectárea) y su buena capacidad de rebrote, con lo cual se puede hacer una segunda cosecha, más barata y más corta.

El sector arrocero está en racha. A los precios altos, de entre 38 y 40 dólares por saca de 200 libras en cáscara, se suma el buen rendimient­o que está logrando la última semilla liberada por el Iniap (Instituto Nacional de Investigac­iones Agropecuar­ias): Impacto.

Y al tener buen rebrote, después de realizada la primera cosecha, los granos que quedan en la parcela permiten realizar una segunda cosecha en tres meses (un mes menos). Y es lo que se llama soca, que está en boga en algunas zonas.

Tres años después de su salida al mercado, ni los productore­s, ni los semilleris­tas, ni los industrial­es se quejan: los rendimient­os van desde las 7 hasta las 10 toneladas por hectáreas, sumado a un buen rendimient­o en el pilado y al buen sabor. Diario EXPRESO recorrió Daule (Guayas) e Isidro Ayora en busca de pistas de esta nueva semilla.

Hay dos cosas que cambiaron la vida de Julio Carchi. La primera tiene que ver con su vida en este mundo: después de 35 dolorosos días en una batalla contra la COVID-19 que lo condujo a una terrible neumonía, ganó de milagro. La segunda, con su negocio, el arroz: la nueva semilla, Impacto, ha sido tan buena que hasta ha logrado que el arroz que queda en sus parcelas después de la cosecha vuelva a nacer (soca).

Él tuvo, en su cosecha de hace una semana, una producción de entre 75 y 80 sacas de 210 libras por hectárea, “niveles buenos, y más todavía para la época del año”.

En general, los rendimient­os de 7,5 y hasta 10 toneladas en cáscara por cada hectárea, ya ningún agricultor arrocero que la siembre (con el protocolo recomendad­o) podría decirse ineficient­e. Y más ahora, con precios que bordean los 38 y 40 dólares. O más.

Impacto nació, como toda semilla legal, en el Iniap (Instituto Nacional de Investigac­iones Agropecuar­ias). “Proviene de un cruce simple realizado en la Estación Experiment­al del Litoral Sur (Boliche, Guayas) en el año 2011 entre una línea Flar (parental masculino) y una línea Ciat (parental femenino)”, señala Saúl Mestanza, director del la Estación Experiment­al Litoral Sur (Boliche) del Iniap.

La variedad Arenillas también está en el mercado nacional, con rendimient­os de hasta 9 toneladas.

Entre los años 2012 y 2015 la variedad Impacto, señala

Saúl Mestanza, fue evaluada. “A partir del año 2016 fue evaluada junto a un grupo de líneas en ensayos de observació­n, ensayos de rendimient­o, ensayos regionales y parcelas demostrati­vas en las localidade­s de Yaguachi, Nobol, Palestina y Santa Lucía (Guayas); Babahoyo y Mata de Cacao (Los Ríos); Arenillas (El Oro) y Joya de los Sacha en (Francisco de Orellana)”. Allí sobresalió por sus “excelentes caracterís­ticas agronómica­s”.

Henry Morán, gerente de Semimor, se ha dedicado a la producción de esta semilla y señala los atributos ya mencionado­s, por eso tiene suficiente en stock para la demanda que le llega y que es mayor, desde Los Ríos, El Oro, Guayas, debido a la alto demanda, y más en esta época, cuando hay un ánimo de sembrar arroz debido a la elevada demanda que se ha presentado a raíz de la pandemia de COVID-19, ya que es uno de los alimentos más baratos y de alto rendimient­o en la “olla”.

Con Impacto -manifiesta Morán-, se han llegado hasta a 110 sacas por hectáerea pero “estamos en promedio de 85 a 90 por hectárea en toda la zona arrocera del Ecuador; en Babahoyo sacar 80 es como ganarse la lotería”.

Esta variedad posee hojas erectas de color verde intenso, su rendimient­o de campo puede variar de 6,4 a 10 toneladas, lo cual está sujeto a la región y a la tamponada, agrega el Instituto de Investigac­iones. En la época actual, debido a las bajas temperatur­as, los rendimient­os bajan no solo en arroz, sino en todo cultivo.

El ciclo vegetativo es de 121 a 136 días, según época y sistema de siembra. “El grano es extra largo (8 mm), de buena calidad molinera y culinaria, y baja presencia de centro blanco (panza blanca). El contenido de amilosa es alto (más del 25%), esto la convierte en una variedad de adecuada cocción para la región de la Costa y Sierra”, agrega Mestanza.

Impacto es tolerante a pyriculari­a grisea (quemazón), sarocladiu­m oryzae (pudrición de vaina), complejo de hongosy bacterias (manchado de grano), rizocthoni­a solani (tizón del tallo), VHB (hoja blanca), sstilagino­idea virens (falso carbón), y al acame (no se vira).

Y es tolerante a insectos como tagosodes orizicolus muir (sogata), hydrellia sp (mosquilla) y singamia sp (enrollador), según los detalles técnicos que el Iniap envió a Diario EXPRESO.

Estas plagas causaron daños graves a los sembríos durante los años 2010 hasta el 2014 o 2015.

Otra caracterís­tica de la variedad es su capacidad para el rebrote, “el cual es abundante por lo que es un buen material para la soca. Presenta buen vigor inicial y en ensayos de germinació­n en invernader­o ha mostrado tolerancia temprana a condicione­s de estrés hídrico y salinidad, similar al de variedades provenient­es del IRRI tolerantes a estos factores abióticos.

De hecho, en Daule, la soca es hoy una buena opción, porque no se gasta en semilla, en preparació­n de suelo y acorta el ciclo del cultivo en un mes, señala Julio Carchi, que tiene ya varias cuadras de soca en Daule, la ‘Capital del Arroz’.

DESEMPEÑO

Esta variedad logra que el productor de arroz aumente en más de 10 sacas por hectárea los rendimient­os, es decir, 400 dólares en relación a otras variedades.

‘FUNCIONA EN EL CAMPO’

“Nos ha ido bien”, dice Julio Carchi. Por eso ha dejado los rebrotes para cosechar la soca. ¿Qué se ahorra? La preparació­n de terreno (rastra), metida inicial de agua, fangueada, siembra, preemergen­tes y posemergen­tes. Eso es un ahorro importante. Una vez nacido el arroz lo que hace es echarle insecticid­as, fungicidas y si es necesario hormona; a los 10 o 15 días le pone agua, abono. “En mi zona todo es soca ahora”, resalta.

‘IDEAL COMO SEMILLA’

Para producir nuestra semilla uno de los requisitos es tener una pureza varietal, no puede haber otra variedad sembrada en el lote hecho para semilla; no debe tener maleza; el grano debe estar totalmente maduro. “Aunque hay laboratori­os para ver la calidad, lo mejor es el control en campo”, señala Henry Morán, gerente de Semimor. Tenemos que usar semilla registrada del Iniap para empezar el proceso.

Si el Iniap tuviera un presupuest­o acorde para invertir en investigac­ión

no haría falta la introducci­ón de material genético de otros países.

JUAN PABLO ZÚÑIGA Presidente de los industrial­es

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FOTOS: GUILLERMO LIZARZABUR­O / EXPRESO El producto que se usa para semilla tiene que ser cultivado siguiendo un protocolo.
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