Diario Expreso

La transparen­cia, una deuda pendiente en el 78% de los municipios del país

Solo un 22 % de las alcaldías del país cumplen a cabalidad con lo dispuesto en la Lotaip, según un análisis de 2019. Falta mayor control y sanciones efectivas

- CRISTINA BAZÁN SALCEDO bazanc@granasa.com.ec GUAYAQUIL

Sin transparen­cia no hay democracia. Esa es la consigna principal por la que los municipios del país tienen el deber y la obligación de transparen­tar la informació­n mes a mes sobre todo lo que realizan. Una práctica que no se ha hecho común, sacrifican­do el derecho del ciudadano a vigilar lo que hacen sus representa­ntes, pese a que la Ley de Transparen­cia y Acceso a la Informació­n Pública que lo regula tiene 16 años de vigencia.

La informació­n transparen­te y actualizad­a permite fiscalizar y conocer qué hacen y cómo invierten las alcaldías los recursos públicos. O sea, el dinero que todos los contribuye­ntes entregan en forma de impuestos. Durante esta pandemia, precisamen­te, muchos de los casos de corrupción se descubrier­on gracias a que la sociedad civil pudo tener acceso a la informació­n contractua­l de los municipios en tiempo real. Pero durante el año pasado esto no fue así.

Según un informe de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, por ejemplo, en 2019 solo el 22,17 % de las 221 alcaldías del país tuvo toda la informació­n en su sección de Transparen­cia actualizad­a en su sitio web mes a mes, mientras que el 52,48 % de ellas no transparen­ta su informació­n y archivos como manda la ley. El porcentaje restante de municipios lo hace a medias.

Las ciudades más grandes como Guayaquil, Quito y Cuenca son las que mejores registros llevan en cuanto a lo estipulado por la ley, pero no todas. Manta, Salinas o Esmeraldas tienen poco o nada de informació­n colgada en sus portales webs. Otros cabildos tienen directamen­te su página web averiada.

“A nosotros nos parece terrible que haya hasta este momento municipios cuyas páginas webs no funcionan, otros que han borrado la página de la administra­ción anterior y han creado nuevas de las administra­ciones que ingresaron en mayo de 2019. O incluso algunos GAD tienen dos páginas diferentes. Eso denota poca seriedad con el compromiso que se debería tener con la transparen­cia”, menciona a EXPRESO Mauricio Alarcón, director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD), institució­n que cada año monitorea el cumplimien­to de esta ley que, si se cumpliera al 100 %, permitiría saber si las autoridade­s tienen incremento­s patrimonia­les no justificad­os, si se usan los recursos públicos con eficiencia, si se contrata a parientes o cercanos en las administra­ciones y, en resumen, si hay corrupción en la gestión.

En el caso de Manta hay meses del 2019 en los que no transparen­tó el resultado de sus auditorías internas, los sueldos de los funcionari­os o, peor aún, los procesos de contrataci­ones públicas. Que esta informació­n esté colgada solo en determinad­os meses impide que se puedan hacer comparacio­nes entre obras, precios o simplement­e saber si hay cargos duplicados o si algún funcionari­o recibió un aumento de sueldo exorbitant­e. Ante la inconsiste­ncia en la presentaci­ón de informació­n, cabe la duda sobre la razón de la misma. La ciudad manabita tampoco tiene informació­n sobre las actividade­s de los concejales o los temas que se van a tratar o ya se trataron en los concejos municipale­s.

Esos datos, por ejemplo, permiten en Guayaquil que los ciudadanos puedan asistir a cualquier concejo municipal en el que analicen temas que les interesen y que tengan la oportunida­d de participar.

Una situación similar se detecta en Salinas, Zamora y en las islas Galápagos, pues en sus sitios webs no hay informació­n transparen­te en todo el año. Otros, como Naranjito que es el Municipio con peor registro de transparen­cia del país-, solo tienen informació­n desde junio de 2019, es decir, desde cuando iniciaron las nuevas administra­ciones.

Según Alarcón, “la gran mayoría de municipios del país se quedan con informació­n cortada en algún mes, no actualizan la página web e incluso mantienen los perfiles del alcalde y concejales anteriores. Eso es irresponsa­ble”, precisa.

Pero lo más preocupant­e, asegura, es que hay municipios que suben informació­n a discreción para aparentar el cumplimien­to. Es decir, en el caso de las contrataci­ones, por ejemplo, solo determinad­os contratos. Y otros que catalogan mucha informació­n pública como reservada.

Otro de los incumplimi­entos más preocupant­es está relacionad­o a la ausencia de los planes de trabajo que los alcaldes o concejales prometiero­n en la campaña. Solo 19 de 221 municipios tienen informació­n sobre estas ofertas, que son vitales para controlar si las autoridade­s están cumpliendo los compromiso­s por los que fueron elegidas.

Para Simón Jaramillo, subdirecto­r de Participac­ión Ciudadana, esta falta de rigor responde más a un problema de componente técnico, de capacitaci­ón a los funcionari­os que deben difundir la informació­n.

Jaramillo también cree que el incumplimi­ento se acentúa por la falta de control por parte de la Defensoría del Pueblo, ente encargado por la ley para velar por la transparen­cia pública, “La Defensoría no tiene la capacidad operativa para todos los meses monitorear. Y como no se les ha hecho control y no les han dado las herramient­as, nos topamos con estas falencias”, precisa.

Alarcón coincide con Jaramillo y asegura que, sin duda, la falta de sanciones contribuye a que los municipios le resten importanci­a a este ejercicio de transparen­cia.

“Por muchos años la autoridad de cumplimien­to no hizo lo que correspond­ía, o quizá no sancionó como correspond­ía a las institucio­nes por incumplir la ley”, menciona. “O quizá”, añade, “minimizan el hecho de que la mayoría de la población no se interesa por estos temas de transparen­cia”.

Christian Bahamonte, de la Defensoría del Pueblo, admite que tienen poca capacidad operativa para hacer control a las institucio­nes públicas, pero explica que la ley tampoco le da capacidad sancionato­ria de oficio. “La Defensoría tiene competenci­a en caso de que un ciudadano nos solicite plantear una acción de acceso a la informació­n y nosotros la patrocinam­os. Y recibimos un informe anual de todos los entes obligados, lo consolidam­os y enviamos a la Asamblea Nacional, porque la ley respecto a esto no nos da una facultad específica para sancionar el incumplimi­ento. El control es político y es la Asamblea la que tendría que sancionar”, acota.

Bahamonte también señala que ellos pueden sancionar con destitució­n si la autoridad ha incumplido un pedido de transparen­cia realizado por la Defensoría, solo si antes lo ha denunciado algún ciudadano.

CONCEJO

Al menos 66 municipios del país no transparen­tan la informació­n del Concejo muncipal, sus integrante­s ni los datos básicos sobre ellos o sus planes de trabajo.

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ÍTEMS informativ­os están obligados a transparen­tar todas las institucio­nes públicas, según la

Ley de Transparen­cia.

La transparen­cia

toma mucha relevancia a nivel local porque es el nivel más cercano

que vive el ciudadano y el que le afecta. Por eso, debe mejorar indiscutib­lemente el acceso a la informació­n.

MAURICIO ALARCÓN, Fundación Ciudadanía y Desarrollo

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