Guayaquil, razón, palabra y vida
Esto resume la vida del ser-hacer sobre Guayaquil del historiador José Antonio Gómez Iturralde, que partió a la eternidad. Su legado es múltiple, importante e invalorable. Así lo hizo en razón, pensar, palabra y vida. Pocos viven las ciudades existencial y amorosamente. Él fue de esos, y un excepcional escritor. Por Guayaquil y para ella investigó, pensó y escribió más de 30 obras: la fundación y traslados, calles, malecón, parques, paisajes, leyendas, tradiciones, fuerzas sociales, costumbres, el río, esteros, epidemias, incendios, piratas, héroes, acontecimientos, funcionarios, comercio, migración, burocracia, centralismo, coloniaje, revolución, leyendas, hospitales, escuelas, colegios, médicos, boticas, etc. Su último libro sobre el bicentenario y la independencia de Guayaquil continúa ese aporte. Juntos escribimos dos obras: Guayaquil por su libertad y por la patria (2000), y Vigencia y permanencia de Olmedo (2001).
Cuatro décadas de infatigable labor investigadora y escritural. Guayaquil fue su razón vital. Reflexionó, repensó y redescubrió muchos hechos y procesos de ella. “Yo solo escribo sobre Guayaquil. No es obsesión sino fiel compromiso con mi ciudad”, decía. 35 años de amistad y vínculo me revelaron al hombre, ciudadano, abuelo y esposo, padre, amigo, intelectual, polemista y civilista, honesto, sincero, capaz de vivir, sentir y vibrar por Guayaquil. A los papeles viejos y apolillados de archivos les dio vida y vigencia. A fotografías y plumillas antiguas les puso humanidad actual. Transmitió mitos y leyendas con metáforas cautivadoras. Puso en relato- presente la historicidad de los procesos del Guayaquil ciudad-provincia-región.
Firme defensor del autonomismo. Inclaudicable combatiente contra el centralismo y burocratismo parasitario. Siempre se reencontraba, redescubría y reinventaba. Fue empresario ilustrado, como pocos: banquero, marinero, agricultor, constructor, comerciante, bananero, intelectual, historiador, autodidacta, etc. Al pasado dio vida nueva del Guayaquil eterno. Ahí esta el leal combatiente del Guayaquil independentista, libre y autonómico. No dio tregua a la voracidad centralista. Fue perseguido por el despotismo del ladrón Correa. Paz en su tumba, querido amigo. Guayaquil lo recordará siempre.