ECUADOR 4 URUGUAY 2
La distancia en el juego fue gigante; fútbol rápido y práctico de los nuestros. Muchos errores defensivos celestes precipitaron el resultado a favor de los ecuatorianos. Córner de Mena; Romario tocó y devolvió, Mena la puso en la cabeza de Moisés, Betancur quiso salir a cortar: gol. El lateral Viña no tenía por delante la contención de su extremo ni del medio campo. Nadie frenaba a los ecuatorianos en ese sector de la cancha. La inseguridad defensiva uruguaya era más que sus malos pases. Ni Nández, ni Valverde fueron a ocupar el lado de Rodríguez. No cortaban al medio, no podían adelantar líneas sin quedar estirados. Arreaga la puso en largo, Enner sacó ventaja con la mano, Estrada remató a la red. El VAR avivó al juez como en dos acciones más adelante. Uruguay era frágil sobre el costado de Viña y Godín, a la espalda de ellos ganaban Mena y Preciado que jugaban libres. Uruguay no logró meter en juego a Gómez y Suárez. Bryan Rodríguez desbordó, asistió, Nández la metió de cabeza. El VAR señaló offside de Rodríguez. Ángel Mena buscó a Enner, interrumpió Godín, el balón quedó para Estrada que ejecutó: 2-0 (45+4). Moisés Caicedo brilló en el primer acto con su zancada larga y explosiva. Y es que hubo un golpe anímico en recibir el segundo gol antes del cierre del primer tiempo. Uruguay erró la contención. De la Cruz y Núñez por Nández y B.rodríguez. Pase ofensivo de Domínguez, Estrada la bajó de cabeza, Enner metió taco elegante para el remate de Estrada: 3-0 (51´). Jonathan Rodríguez por Maxi Gómez. Uruguay no tenía un volante de contención para soltar al ataque a Valverde y Betancur. Jugaban solos, distantes, vulnerables, rompían los ojos. Ahí comenzaba el descalabro defensivo. Ambos debían cuidar la pelota sin lograrlo. Gómez y Suárez de doble nueve sin que nadie genere por fuera. Ecuador jugaba para más goles (Plata, Franco y Palacios, por Romario, Enner y Estupiñán), Franco profundizó y Plata facturó, 4-0. Palacios le entró fuerte a Jonathan Rodríguez: penal. Suárez, 4-1. Mena lanzó de libre, Franco armó el pie y el palo le mezquinó el gol. Justo cuando Uruguay arrastraba su alma por la cancha. Mano de Arreaga y Suárez desde el punto fatídico volvió a castigar, 2-4. Los dos goles maquillaban el resultado. La lectura de juego es algo que a Tabárez lo distinguió del resto de entrenadores, adelantando a lo que iba a pasar. En esta imaginó otro partido.