Independiente, un infierno médico para Ramírez
El rayado vive una pesadilla debido al COVID-19 pero no hay espacio para parar. Hoy juega con Liga de Quito
Miguel Ángel Ramírez está resignado a la situación y hasta lo toma con cierto humor. Dice que si hubiera tenido cabello, de seguro lo habría perdido en estas semanas, ya que está viviendo una verdadera pesadilla debido a los 22 contagiados de COVID-19.
De ellos, 15 son jugadores. Por esa razón, se ha visto obligado a incorporar integrantes de Independiente Juniors para completar las plantillas de los últimos partidos. Y hoy tendrá la misma dinámica para recibir a Liga de Quito, por la segunda fecha de la fase 2 de Ligapro.
Más allá de que las ausencias le están costando puntos importantes, Ramírez por ahora prefiere enfocarse en la salud de sus dirigidos.
Y tiene razones para ello. Por ejemplo, algunos superaron la enfermedad, dieron negativo en las nuevas pruebas y recibieron el alta médica, pero cuando se sumaron a los entrenamientos tuvieron muchas dificultades respiratorias.
Tras las tomografías, se comprobó que todavía no estaban del todo bien. “Una cosa es superar la enfermedad y otra es estar listo para la alta competencia”, subrayó el estratega.
En otros casos, uno de sus asistentes tuvo que encerrarse en el complejo durante dos semanas por temor a contagiar a sus familiares. “Cada persona es un mundo diferente con relación a esto que estamos pasando, yo estoy haciendo un máster con lo que he aprendido”, añadió Ramírez con cierto toque de humor.
Después del partido contra Mushuc Runa, él lamentó que se sigan jugando los partidos de Ligapro, a pesar de todos los contagios. Ante ello, la organización dejó claro que consta en el reglamento que no se suspenderán los juegos.
Inclusive, Independiente ha recibido facilidades, como la de este fin de semana. El Juniors debía jugar hoy, pero pasaron el partido para mañana. Así, Ramírez contará esta tarde ante Liga de Quito con los integrantes
de la filial. Y quienes no sumen muchos minutos también podrán estar mañana ante Chacaritas.
Pero no es suficiente. Al menos Ramírez lo siente así y lo dice a su modo, políticamente correcto y pensando más en toda la agenda que tiene por delante. “No soy nadie para decir que se deba parar. Los diez días (durante las eliminatorias) ayudaron a bajar el efecto, pero no sé qué sería más oportuno, si parar para terminar el campeonato después o esto que está pasando ahora”.
De paso, puso sobre la mesa otra preocupación: la carrera de los juveniles. Para él, una cosa es debutar cuando estás listo y otra cuando deben cubrir los huecos dejados por esta calamidad. “No soy de acelerar procesos, además, por algo esos chicos están en la filial. Es porque algo les falta para dar el salto y no soy para cargarme la carrera deportiva de alguien. Pero bueno, ellos también podrían verlo desde la oportunidad”.