París lidera las restricciones en Europa
La pandemia avanza sin control: 10.000 nuevos casos en un día, en Italia
Los habitantes de París tendrán que respetar un toque de queda a partir de hoy -y durante un mes- para intentar frenar una pandemia que avanza de forma descontrolada en Europa y obliga a adoptar restricciones, entre estas los cierres de bares o restaurantes, en otros países como España, Alemania y Bélgica.
Signo de que la pandemia de coronavirus ha seguido acelerándose esta semana, se anunciaron más de 400.000 nuevos casos de contagio por COVID-19 en todo el mundo solo el jueves, un récord, según el recuento realizado a partir de informes de las autoridades de salud.
Italia superó ayer el umbral simbólico de los 10.000 nuevos casos en 24 horas; y la situación también es crítica en Alemania, un país considerado ejemplar en su gestión de la primera ola.
Ayer, un tribunal anuló la obligación de que los bares y restaurantes de Berlín cierren entre las 23:00 y las 06:00, por considerarla desproporcionada y estimar que “no era evidente” que ayude a luchar contra la pandemia.
La justicia alemana actuó a
solicitud de una decena de propietarios de bares y restaurantes que se sienten perjudicados por las medidas. La misma indignación y frustración se respira en París o Barcelona.
En América latina y el Caribe, la región más enlutada del mundo con más de 375.000 decesos y de 10,3 millones de contagios, Perú comenzó a abrir museos y sitios arqueológicos. En tanto, Estados Unidos superó los ocho millones de casos detectados de coronavirus desde el inicio de la pandemia, informó el viernes la Universidad Johns Hopkins.
Y mientras la vacuna contra la COVID-19 se hace esperar, el medicamento redemsivir, que formó parte del cóctel experimental administrado a Trump tras haber contraído el coronavirus el mes pasado, resulta finalmente ser poco efectivo para evitar la muerte, señaló un estudio respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
EL DATO
Inmunidad. La idea de dejar circular libremente el virus para alcanzar la inmunidad colectiva se perfila cada vez más como un peligroso espejismo, según numerosos científicos.