La prisa del proyecto ignora las prioridades
La pandemia deja lecciones que al parecer no han sido aprendidas
“El aeropuerto nuevo deberá postergarse”. El exalcalde Jaime Nebot tenía clara la escena en 2018. Incluso sin pandemia, Guayaquil no lograba copar su aeropuerto. Luego, una optimista Cynthia Viteri habló nuevamente del proyecto el año siguiente y, este año, la COVID19
llegó para sumergir a la ciudad en una profunda recesión.
El investigador Felipe Espinoza insiste en que la crisis de la pandemia demanda una nueva arquitectura en el manejo de los recursos públicos.
“Que Guayaquil piense en un aeropuerto nuevo mientras los países del mundo hacen esfuerzos descomunales para priorizar y optimizar sectores económicos y obras fundamentales, es incongruente”, explica.
Al urbanista y consultor Luis Alfonso Saltos le llama la atención la prisa con que se retoma el proyecto. Cree que quizás existe presión de los inversionistas privados que han adquirido terrenos aledaños a Daular o tienen intereses económicos específicos.
Eso, sin embargo, no es lo que más le preocupa, sino que, “a pesar de la promesa y discurso de la alcaldesa en promover el desarrollo sostenible, con este proyecto apunta a expandir la mancha urbana”.
En ese sentido, Moira Castellanos, expresidenta del Consejo Barrial de Mapasingue Este, lamenta la efervescencia que provoca Daular cuando “aún existen sectores de la ciudad sin un claro plan de desarrollo”. Además, no se ha fortalecido la reactivación económica. Por eso sugiere al Cabildo reevaluar el Plan de Ordenamiento Territorial.