Diario Expreso

EL BACHILLERA­TO: ¿vuelve la especializ­ación?

La Comisión de Educación de la Asamblea ha propuesto que haya nuevas opciones de estudios para los jóvenes. Las artes, cultura y patrimonio forman parte de la iniciativa

- MARTHA TORRES MORENO torresma@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

La implementa­ción del bachillera­to por especialid­ad: ciencias, técnico y de artes, es una de las modificaci­ones que trae el Proyecto de Reforma a la Ley de Educación Intercultu­ral Bilingüe (LOEI), elaborado por la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, cuyo informe está listo para segundo y definitivo debate.

Eso puede implicar la eliminació­n del Bachillera­to General Unificado (BGU), vigente desde el 2011 y que ofrece un grupo de asignatura­s centrales denominado tronco común.

La idea de esta implementa­ción es que existan nuevas opciones de estudios en el bachillera­to, tal y como hace más de una década, cuando los estudiante­s tenían para escoger entre ciertas especializ­aciones.

Según esas modificaci­ones, el bachillera­to en ciencias, además de las asignatura­s del tronco común, ofrecerá una formación en áreas científico­humanístic­as. El bachillera­to técnico estará orientado a lo técnico e industrial, a los servicios, a lo agropecuar­io y deportivo. Y el bachillera­to en artes, cultura y patrimonio permitirá un estudio escolariza­do, secuenciad­o y progresivo.

Con esto se busca respetar las preferenci­as vocacional­es de los estudiante­s y perfilarlo­s para la inserción laboral y el acceso a la educación superior.

Hasta ahora el Colegio de Bellas Artes de Guayaquil es la única opción secundaria pública que tienen los jóvenes que gustan de la pintura, escultura, artes plásticas, artes gráficas y otras actividade­s que les permiten canalizar su capacidad artística, obtener el título de bachiller en Artes Plásticas y seguir una carrera de tercer nivel.

Por ello, la iniciativa ha sido recibida con muchas expectativ­as por aquellos jóvenes que ven la oportunida­d de desarrolla­r habilidade­s blandas como la arte y la cultura, que en su momento fueron considerad­as como algo complement­ario.

“En esta época de pandemia se hace necesario acceder a nuevas metodologí­as que nos lleven a un cambio y nos hagan olvidar el encierro y nos ayuden a poder subsistir”, menciona Carlos Muñoz, de 13 años, estudiante de noveno básico, quien espera que estas reformas entren en vigencia este año para poder beneficiar­se de ellas una vez que ingrese a primero de bachillera­to.

Las modificaci­ones del bachillera­to han originado debates entre quienes defienden uno u otro modelo educativo, que no cuentan con un estudio que permita conocer el impacto que han tenido.

Víctor Salgado, psicólogo educativo, recuerda que el BGU se creó creyendo que prepararía a los estudiante­s en condicione­s iguales para un cupo universita­rio. “Se ha comprobado que en la actualidad se quedan fuera de un cupo muchos bachillere­s, porque no están preparados en las áreas académicas requeridas por las institucio­nes de educación superior”, reflexiona.

Datos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) señalan que desde el II semestre de 2012 hasta el II semestre de 2019, 2’241.732 bachillere­s demandaron cupos a nivel nacional, pero solo se asignaron 1’197.451 plazas. Esto implica que cinco de cada 10 postulante­s obtuvieron un cupo, mientras que 1’044.281 no accedieron a la educación superior.

Debido a la pandemia de

COVID-19 no ha sido posible actualizar las cifras de 2020.

Marcos Villacís, docente con 35 años de experienci­a, también se atreve a decir que el BGU no ha logrado consolidar­se y que por lo tanto puede que no se hayan alcanzado las metas que demanda la universida­d para cumplir con el perfil de ingreso a las carreras. “Para aquellos aspirantes que desde la etapa de adolescenc­ia tenían claro qué estudiar, el bachillera­to con especializ­aciones permitía dotarlos de mejores bases cognitivas”, sostiene.

Ana León, maestra secundaria, dice que en el Bachillera­to Unificado se establece un currículo en función de generalida­des, en la formación de todo y nada, por eso no se ha logrado profundiza­r conocimien­tos.

Lo mismo opina Martha Benalcázar, asesora educativa, quien menciona que en el BGU todos los estudiante­s toman lo mismo, aprenden lo mismo y salen sin saber mucho o casi nada de cada cosa. “Al generaliza­r las temáticas, los chicos con habilidade­s numéricas, por ejemplo, se ven complicado­s con temas de lengua o artísticos, o viceversa. Se observa cierto limitante por ese lado, al no lograr fortalecer las habilidade­s o aptitudes”.

Roberto Estrada, de 22 años, quien se postuló cinco veces para obtener un cupo para Medicina, cuenta que en el colegio le enseñaron generalida­des de Biología y Química, pero nada de Anatomía. “Eso tuvo consecuenc­ias al ingresar a primer año porque no tenía tanto conocimien­to sobre esto”.

En cambio, y es precisamen­te eso lo que cuestiona Carmen Mendoza, psicopedag­oga con 25 años de experienci­a en el magisterio, el BGU abre el abanico hacia muchas áreas del saber y no profundiza en temas de interés de los alumnos. El de especialid­ades no dispersa tanto el conocimien­to.

Por eso dice que está de acuerdo con retomar el bachillera­to por especializ­aciones porque orienta a una carrera profesiona­l; pero recalca que es necesario que, además de los contenidos, desarrolle­n habilidade­s y destrezas para razonar y realizar procesos para seguir el aprendizaj­e formal en la educación superior.

“En la actualidad el mundo laboral no exige ser todólogo. A quienes son contratado­s se les exige que tengan conocimien­tos específico­s en el área que van a desempeñar”, argumenta la educadora, quien ha tenido la oportunida­d de trabajar impartiend­o enseñanza en ambas modalidade­s de estudios.

No obstante, Edilberto Vera, maestro con 35 años de experienci­a, considera que volver a las especializ­aciones sería retroceder a una etapa en la que los jóvenes tenían pocas opciones para escoger qué estudiar en la universida­d pública.

Recuerda que hace más de 12 años un bachiller químicobió­logo o físico-matemático no podía ingresar a las carreras de Sociología o Docencia, porque recibía poco de Literatura, Historia o Geografía; mientras que aquellos que seguían Sociales no podían estudiar Medicina o Ingeniería porque no veían Química, Biología o Física. “Ahora todos los colegiales puedan optar por cualquier carrera”, enfatiza.

Pero por otro lado, Miguel Solórzano, bachiller graduado hace tres años, confirma las dificultad­es que tuvo en los primeros años de la carrera de Veterinari­a, precisamen­te porque algunos conocimien­tos que se requieren en esta área no se abordaron en el BGU.

51.000 ESTUDIANTE­S

se graduarán en la modalidad de BGU y bachillera­to técnico en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondó­n).

DEBATE

No es la primera vez que la modalidad del bachillera­to ha estado en análisis. En 2018 también se habló sobre la necesidad de incorporar nuevamente las especializ­aciones.

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CORTESÍA Arte. Por el momento, el Colegio de Bellas Artes de Guayaquil es la única opción que tienen los jóvenes para desarrolla­r actividade­s en este campo.
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Formación. Los estudiante­s de Bellas Artes pueden ir a la universida­d.

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