SOLIDARIDAD Y VOLUNTARIADO guayaquileño a través de los siglos
“… los auxilios […] que ha hecho el Departamento de Guayaquil, al que se deben 700.000 pesos…”. (Carta de Simón Bolívar a Bartolomé Salom, 15-1-1824)
Scaracterísticas del guayaquileñismo; las muchas instituciones de finalidad social creadas son únicas en Ecuador; podrían ser también únicas de la región. Son comparables a las fundaciones estadounidenses nacidas al inicio del siglo XX; iniciativas de los empresarios más ricos de ese país que dejan enormes cantidades de dinero para educación, salud, investigación científica, artes, etc. En la actual pandemia que vivimos, esas fundaciones se han hecho presentes en cantidades inmensas. En Guayaquil la solidaridad sobresalió desde la Colonia, con base en donaciones hechas por personas adineradas para ayudar a quienes perdieron viviendas en los flagelos, o ayudar al Municipio a terminar o iniciar obras de la ciudad. También hubo solidaridad con los recursos entregados a la Independencia de todo el país. Muchos préstamos nunca se pagaron. En el siglo XIX siguieron haciendo donaciones para cubrir necesidades y se fundaron instituciones, naciendo el voluntariado como lo conocemos en la actualidad. Hubo filántropos entre los fundadores, los miembros del directorio trabajaron sin recibir sueldos y lo siguen haciendo. La tradición ha continuado, pero lamentablemente hay menos filántropos y no es porque hay menos dinero. El voluntariado se extendió a personas que ayudan horas del día sin recibir algo a cambio, ofrecen su tiempo desinteresadamente. Ejemplos de esa clase de voluntariado son las damas que trabajan en hospitales y dan su tiempo para evitar que los enfermos se encuentren solos y angustiados.
Conocí el voluntariado desde la niñez. Mi familia lo practica desde el siglo XIX. Son cuatro generaciones. Cuatro años atrás me propuse escribir sobre su historia y mi experiencia de 37 años de voluntario. Comencé a investigar el origen de la solidaridad y posteriores actividades de voluntariado. El trabajo quedó interrumpido, primero porque tuve serios problemas de salud y luego recordé que se acercaba el Bicentenario de la Independencia y el tema tenía prioridad. Hoy retomo el trabajo y una vez al mes en este nuevo año compartiré esta maravillosa historia que muestra lo bueno del guayaquileño.
¿Qué factores contribuyeron a la actitud de los guayaquileños para ser tan solidarios y crear organizaciones orientadas a la ayuda social? ¿Por qué en las demás ciudades de Ecuador hay tan pocas? El mensaje navideño de la Junta de Beneficencia resume el espíritu que tienen los voluntarios: “… y que el año que termina nos deje el mensaje de solidaridad, amor al prójimo y el valor a la vida que deben prevalecer […] en cada una de las instituciones que extienden su mano al más necesitado”.
No hay nada comparable con la Junta de Beneficencia o Sociedad Filantrópica del Guayas, por mencionar dos nombres. Pienso que una de las causas de tan positiva actitud ha sido el histórico abandono del gobierno central, que con diferentes estructuras políticas ha auspiciado el centralismo desde antes de ser república. ¿Cómo puede ser posible que habiendo nacido el Seguro Social en los treinta del siglo XX, esta institución se haya demorado varias décadas en tener su propio hospital en Guayaquil? Desde 1830 ni los guayaquileños que llegaron al poder pudieron terminar con el centralismo. La semana pasada comenté la decisión tomada por el Cabildo en 1827 cuando declaró federal la provincia de Guayaquil, durante la Gran Colombia. Ese abandono se vive en los meses de la pandemia. El Ministerio de Salud no ha estado preparado y sigue sin estarlo. La iniciativa privada comenzó a dar soluciones a la crisis sanitaria. Lo positivo de un sistema político ilegítimo ha sido estimular la solidaridad.
EL DATO
Las instituciones de ayuda social fueron clasificadas como ONG y algunas tuvieron que cerrar durante el Gobierno de la llamada revolución ciudadana, que les hizo la vida imposible.