Elecciones
Estando ‘ad portas’ de un proceso electoral incierto, los que nos sentimos ecuatorianos de cepa estamos obligados a meditar por quién votaremos, toda vez que de los resultados de esta elección depende la recuperación o la ruina de nuestro Ecuador.
Debemos escoger al mejor de todos los opcionados y ese es sin duda aquel que vapuleó en el debate a sus contrincantes, gracias a sus importantes cualidades y experiencia en materia política, administrativa, financiera, organizacional y empresarial; quien al conocer nuestras falencias y necesidades luchará contra la corrupción que ha sido el cáncer por 14 años, arbitrando medidas de gran impacto social en beneficio de todos y en particular de los más necesitados.
Nos enfrentamos a un electorado con escasa formación cívicopolítica, que vota emotivamente por el más guapo, el que mejor baila, el que más promete, aunque están convencidos de que esas promesas no se cumplirán y que al final del período comentarán de manera fatalista: es verdad que robó, pero hizo algo.
Hago un llamado a los ecuatorianos de 35 años de edad, que no conocieron la trágica historia monetaria de la década de los 90, cuando la máquina de hacer billetes funcionaba a tiempo completo y los niveles de inflación iban ‘in crescendo’.
La dolarización fue el más grande acierto económico al convertirse en un verdadero dique frente al despilfarro gubernamental irresponsable, lo cual nos ha permitido vivir estos años con una estabilidad cambiaria que aportó importantes recursos que se han utilizado en crecimiento y desarrollo.
Aquellos candidatos con epilepsia lingual y crisis delirantes, cual magos de tercera pretenden convencernos de que sacarán del sombrero el progreso y la supervivencia de la nación, mereciendo del pueblo el desprecio y olvido absolutos.
Con criterio analítico, aplomo y decisión firme, ejerceremos nuestro voto responsable y patriótico, llevando al solio presidencial al único candidato válido, que estamos seguros responderá con una gestión en extremo exitosa, técnica, honesta y de elevados quilates en pro del bienestar nacional.
Y sigo andando…