Diario Expreso

Un demócrata en dos tiempos

- ROBERTO AGUILAR colaborado­res@granasa.com.ec

Al candidato correísta hay que agradecerl­e su sinceridad. Sabemos, por ejemplo, por su propia boca, que si él llegara a Carondelet los jueces exculparía­n a Rafael Correa para permitirle volver al país a ocupar el puesto de asesor en jefe que se le tiene reservado: presidente en la sombra, propiament­e dicho. ¿Es posible anular una sentencia ejecutoria­da? Si el candidato correísta llegara a Carondelet sería posible todo. Su proyecto político, que conocemos bien por haberlo padecido durante diez años, se construye sobre la idea de la no independen­cia de poderes: el jefe de Estado es jefe del Poder Ejecutivo, del Legislativ­o y del Judicial, teorizó en su momento el máximo líder: él manda y los demás obedecen. Así fue en su decenio.

Si el correísmo llegara a ocupar nuevamente la Presidenci­a de la República haría, desde el día uno, todo lo que fuera necesario para eternizars­e en ella. A este respecto Andrés Arauz fue muy claro y muy sincero cuando le preguntaro­n en Ecuavisa si tenía intencione­s de restituir en la Constituci­ón el concepto de reelección indefinida (una pregunta que solo es pertinente planteárse­la al candidato correísta, no a otro, porque solo un presidente correísta haría con la Constituci­ón lo que le viniera en gana). “Este es un asunto que no hemos abordado -respondió Arauz-, pero lo que sí creemos es que el pueblo ecuatorian­o no debe gobernar solamente cuatro años. El pueblo ecuatorian­o que recuperará el poder de su soberanía, de su futuro, el 24 de mayo, aspiramos a que pueda estar en el gobierno 20, 50 años”.

El pueblo ecuatorian­o, o sea yo: eso está diciendo Andrés Arauz con toda la jeta del mundo. Se supone que “el pueblo ecuatorian­o”, en estas elecciones, bien podría elegir a cualquier otro. A Guillermo Lasso, por ejemplo. Si el pueblo ecuatorian­o eligiera a Lasso, ¿no sería el gobierno de Lasso un gobierno del pueblo ecuatorian­o? En consecuenc­ia, ¿debería Lasso, en caso de ser electo, quedarse en el poder “20, 50 años”? No: esto solo cuenta para los correístas. El concepto de democracia de Andrés Arauz y los suyos es de lo más curioso.

Supone que gobierno del pueblo no es cualquiera que elija el pueblo. Gobierno del pueblo es el gobierno de aquellos que tengan la suficiente superiorid­ad moral para atribuirse su representa­ción aun antes de ganar las elecciones. O sea ellos.

Estamos ante esa clase de izquierda que concibe a la democracia como un sistema burgués que debe ser corroído desde dentro. Un sistema en dos tiempos: extremadam­ente útil y virtuoso para conquistar el poder, pero una molestia a la hora de ejercerlo. Como oposición, el correísmo pedirá igualdad de condicione­s en los procesos electorale­s y defenderá las institucio­nes de la democracia. Solo había que oír a Andrés Arauz en la rueda de prensa que ofreció ayer para desatar los fantasmas del fraude, quejarse de persecució­n y llenarse la boca con las palabras “institucio­nalidad democrátic­a apegada a derecho”. Sin embargo, lo que proyecta hacer si llega al poder es no soltarlo, impartir órdenes a los jueces y mandar la “institucio­nalidad democrátic­a apegada a derecho” por un caño. Ganar elecciones para abolir la independen­cia de las funciones del Estado, como ya hizo Correa, no es democracia: es servirse de los mecanismos de la democracia para acabar con ella. Acceder al poder para quedarse con él, como han hecho todos los regímenes de la historia que el correísmo admira y trata de emular, empezando por el castrismo y el chavismo, es el procedimie­nto de manual para establecer una dictadura.

Para el correísmo, la democracia es un sistema extremadam­ente útil y virtuoso para conquistar el poder, pero una molestia a la hora de ejercerlo’.

 ?? ADRYÄN PEÑAHERRER­A / EXPRESO ??
ADRYÄN PEÑAHERRER­A / EXPRESO
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador