El Capitolio y la Casa Blanca parecen fortín
Unos 20.000 soldados vigilan el lugar hasta la posesión de Joe Biden
El centro de Washington parece un fortín. El perímetro de la Casa Blanca y el Capitolio está cercado por vallas de tres metros de altura que del otro lado vigila un imponente despliegue de la Guardia Nacional. Se ven camiones militares y en las marquesinas de los autobuses aparecen los rostros de los asaltantes del Capitolio que busca el FBI. Pesados bloques de cemento impiden el paso en algunas vías y desde ayer hasta la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, el próximo 20 de enero, todos los estacionamientos de la zona permanecerán bloqueados. En un intento por disuadir a los que pretenden viajar a la capital para protestar el día de la investidura, Airbnb canceló todas las reservas y las principales líneas de metro de la zona restringida están cerradas hasta el próximo jueves. Más de 20.000 soldados se encargarán de la seguridad para apoyar a la policía en el Capitolio.
En la capital del poder, la toma de posesión de un presidente es una fiesta. La postal del primer día de un mandatario dirigiéndose a miles de ciudadanos desde las alturas del Capitolio constituye una especie de rito de iniciación.
La imagen que dejará el juramento de Biden será completamente distinta de las registradas en las últimas décadas en los EE. UU.