LA RED QUE MUEVE EL PETRÓLEO DE VENEZUELA
Se utiliza empresas de México, Rusia y Emiratos Árabes.
La red que intercambió petróleo venezolano por alimentos y camiones cisterna con agua potable desde México es solo la punta del iceberg de un consorcio que mueve por todo el planeta millones de barriles de crudo de PDVSA para evitar las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Una trama opaca en la que, de acuerdo con documentos a los que han tenido acceso EL PAÍS y Armando.info como parte de una investigación conjunta, afloran compañías casi desconocidas y en las que sobresalen, hasta el momento, tres nombres: el colombiano Alex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro; el empresario mexicano Joaquín Leal y el italiano Alessandro Bazzoni.
La detención hace siete meses en Cabo Verde de Alex Saab, pendiente de extradición a Estados Unidos y la casi simultánea sanción del Tesoro a las empresas mexicanas Libre Abordo y Schlager Business Group, vinculadas a Leal, de apenas 28 años y que desde mediados de 2019 comercializaba parte del crudo producido por Venezuela mediante un supuesto “intercambio humanitario”, no desbarató el circuito clandestino de exportaciones petroleras venezolanas. La documentación en poder de ambos medios acredita que a través de empresas registradas en México, Rusia o Emiratos Árabes se movió el crudo venezolano por destinos como Turquía, Malasia, Singapur y hasta los territorios administrados por la Autoridad Nacional Palestina.
Los documentos obtenidos también sugieren que, en su esfuerzo por esquivar las sanciones y la supervisión internacionales, PDVSA y sus intermediarios están reproduciendo fórmulas ya utilizadas con éxito en el millonario negocio de los CLAP, las cajas de comida subsidiadas que entrega el Gobierno venezolano.
Entre 2016 y 2018 Alex Saab y su socio, el también colombiano Álvaro Pulido Vargas, idearon una estructura de sociedades instrumentales en Hong Kong, Turquía y Emiratos Árabes Unidos.
Tras obtener contratos millonarios de la estatal Corpovex, compraban a proveedores mexicanos las cajas o despensas, con productos de muy baja calidad nutricional, que luego enviaban a Venezuela. El esquema se repetiría en los meses siguientes, pero ahora dejando la compraventa de alimentos en segundo término y apostando por operaciones que involucraban millones de barriles de crudo.
El Gobierno de Venezuela no ha dado una respuesta a la petición de comentarios para este reportaje. El pasado verano, cuando EL PAÍS y Armando.info revelaron que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del Gobierno de México seguía el rastro de cerca de 200 millones de euros del intercambio de crudo de la red de Saab entre México y Venezuela, fuentes de la Administración de Nicolás Maduro rechazaron que se tratase de un negocio oscuro y aseguraron que la falta de claridad de los contratos es consecuencia de los problemas que tiene Venezuela para hacer cualquier negocio ante las sanciones impuestas por Estados Unidos. Tampoco Bazzoni ni Leal respondieron a las peticiones de comentarios que se les hizo.
El modus operandi ha sido prácticamente el mismo desde mediados de 2019, tanto con las mexicanas Libre Abordo y Schlager Business Group, como con empresas rusas o de Emiratos Árabes. Las compañías consiguen el petróleo de Venezuela, a veces a crédito o con descuentos.
Swissoil Trading, la vendedora de commodities representada por el italiano Alessandro Bazzoni, lo transporta a puertos asiáticos —principalmente, Singapur, China y Malasia—, de acuerdo con numerosos comprobantes de carga a los que se ha tenido acceso. Los documentos de embarque omitían que se trataba de crudo venezolano y ponían como dueños del petróleo a las compañías que lo revendían para que pudiera comercializarse en Asia sin restricciones por el embargo de Estados Unidos.
Aunque los abogados de Bazzoni negaron a la agencia Reuters su participación en la comercialización de crudo venezolano, de acuerdo con la documentación revisada, el empresario italiano también ha usado en esa operación a Elemento LTD, una compañía aliada de PDVSA en Petrodelta y en la que comparte sociedad con Francisco D’agostino (cuñado del diputado opositor Henry Ramos Allup) y el recientemente fallecido Oswaldo Cisneros.
Los papeles y comunicaciones muestran que, en la mayoría de los casos, los buques a cargo de las operaciones de transporte, tanto con las compañías mexicanas como con las rusas, fueron los barcos cisterna Lion King, Delta Kanaris, Delta Harmony, Melody, Perfect, Azimouth, Commodore, Euroforce y Athens Voyager. El Euroforce, de bandera liberiana, y el Athens Voyager, registrado en Panamá, son algunos de los buques que ya ha sancionado la Casa Blanca.
EL DETALLE
Cálculos. El Departamento del Tesoro había calculado que hasta abril del año pasado la mexicana Libre Abordo se había llevado de Venezuela unos 30 millones de barriles de crudo.
LA FRASE
Las sanciones de EE.UU. han sido un fracaso: han fortalecido a una nueva élite económica que ha hecho negocios al margen del embargo. ANTULIO ROSALES, profesor de la Universidad de New Brunswick.