Caos electoral
El país viene sufriendo grandes problemas que lo tienen de tumbo en tumbo: corrupción, pandemia, caudillismo. De este último hemos venido padeciendo hace décadas, sin que el país haya podido generar una institucionalidad que permita su desarrollo. Es muestra palpable de lo que estamos viviendo hoy, con una democracia disminuida, que tengamos una macabra señal de debilidad, como sucede con las más altas autoridades electorales, que están en pugna a pocos días de las elecciones. La resolución del juez Torres debate si los miembros del CNE pueden ser destituidos por los jueces electorales o viceversa (TCE). El Código de la Democracia reformado no contempla esa posibilidad, señalan los especialistas, solo la Asamblea.
Asimismo, mientras se enfrentan y resuelven este pugilato, los candidatos a las distintas dignidades entraron en campaña, ofreciendo de todo, con firmeza demagógica. Hay dos casos que llaman la atención: el de Bucaram Ortiz, que hace proselitismo político con grillete y denuncia supuesta persecución política, orquestada desde el gobierno en contra de su familia y nadie sabe exactamente las causas. El otro caso insólito es de Álvaro Noboa, candidato empedernido que se aferra a ser candidato presidencial por sexta vez, pese a ser legalmente negada su participación en las elecciones, mas se autoproclamaba candidato de un movimiento alquilado.