Artistas cuestionan que la Aeroarte no haya sido plasmado en las paredes
Afirman que eso pudo reducir costos y hacer que la obra dure más
Las opiniones sobre las ilustraciones que están en la Aeroarte, una galeria que se puede ver desde la Aerovía, están divididas. Los urbanistas la ven como una obra positiva, tal como lo indicaron a EXPRESO cuando se inauguraron 9 de 14 cuadros en honor a quienes han batallado en la pandemia de la COVID-19.
Pero los críticos de arte cuestionan que los lienzos no hayan sido elaborados, en su mayoría, por artistas locales, no por estar en contra de los extranjeros, sino porque falta promoción de las expresiones culturales del país y más aún de la ciudad. También
cuestionan que no se hayan utilizado las paredes para plasmar las obras, y así evitar la inversión en estructuras metálicas.
Ronald Rizzo (artista visual), Abdón Segovia (artista plástico) y Fernando Insua (gestor cultural y artista plástico) indicaron a este Diario que a los organizadores de la galería les faltó hacer una mesa de diálogo con los artistas locales, para recoger propuestas.
“En esta galería se debió incluir a artistas como Enrique Tábara. Es en vida que deben hacerle un homenaje. Así mismo podían incluirse obras de Hernán Zúñiga, Jorge Velarde, Marco Alvarado, entre otros que tienen trayectoria”, opinó Segovia.
Los consultados no cuestionan las ideas creativas plasmadas, sino que de 14 espacios, solo cuatro sean para ecuatorianos. “Se debió pensar en el artista local, que con la pandemia tienen pocos ingresos. Además se malgastó el dinero al invertir en vallas metálicas”, dijo Rizzo.
Según la Fundación Siglo XXI, la obra costó $ 980.000 y está registrada en el Servicio Nacional de Contratación Pública. El componente artístico representó un 30 % del valor total.
“Sobre el monto destinado para la Aeroarte, no lo cuestiono, como tampoco el hecho de que son réplicas digitales. Lo que sí critico es que en un año el sol las afectará”, señaló Insua.
El día de la inauguración, Siglo XXI indicó que está previsto mantener estas obras durante dos años. La meta es que el corredor artístico funcione como una galería pública, cada cierto tiempo las obras de arte serán renovadas. Lo que, una vez más, a decir de los artistas, refleja un gasto que debió ahorrarse, si el sitio donde se plasmaban los lienzos eran otros.
Para otros críticos, se ha hecho un gasto de lujo, para una obra efímera. Y comparan la idea con los murales que hay en Medellín (Colombia), donde se aprovechan las paredes.