El Brexit anula la compra del clic rápido, con gastos extras
El efecto lo enfrenta el consumidor con demoras y sobrecostos
Lo que venía siendo un rápido y eficiente clic a golpe de ratón para comprar un producto online de una firma comunitaria, ahora conlleva costosas sorpresas en el Reino Unido. Retrasos por caos burocrático en los envíos y cargos inesperados por importación son algunos de los efectos directos del Brexit que amargan al consumidor británico.
Desde el pasado día 1, un sinfín de ciudadanos del Reino Unido airean su indignación en las redes. La mayoría se despacha contra el acuerdo negociado por el Gobierno de Boris Johnson con el bloque europeo, al empezar a notarse su impacto en la vida real.
Son compradores que afrontan, en el presente escenario desligado del amparo comunitario, facturas aduaneras
cuando firman el acuse de recibo de artículos que habían adquirido en comercios que operan desde la UE. Cargos extras que se han colado de manera aún “inexplicable” para muchos en este tablero de juego comercial.
Ed Casso, de UK Customs (la agencia aduanera del Gobierno
británico), aclara que “los cambios y los nuevos cargos con impuestos son una consecuencia de que el Reino Unido haya salido de la Unión Europea (UE)”.
“Las normas a la hora de adquirir bienes online de lugares de mercado con sede en la UE van en línea con lo que ocurriría cuando se efectúan compras del resto del mundo (reglas que, por supuesto, existían antes del Brexit)”, matiza este portavoz oficial.
Casso puntualiza también que “no han existido variaciones con respecto al Impuesto al Valor Añadido (IVA)”.
Pero a juzgar por los reproches y la bilis descargada a borbotones en portales como Twitter, al consumidor de a pie no parece haberle calado el mensaje. Lamenta que no hubiera un aviso. Se siente agraviado. Y, por supuesto, la mayoría ellos quieren que le devuelvan su dinero en esta gran estafa que, dicen, es el Brexit.