Diario Expreso

LOS SHERPAS, de porteadore­s a rompemitos

Los tradiciona­les guías de montaña han estado detrás de la victoria de miles de alpinistas. El primer ascenso invernal del K2 reescribe su historia.

- SANGAM PRASAIN KATMANDÚ, NEPAL ■ EFE

Diez nepalíes completaro­n “el último gran desafío” del montañismo, el primer ascenso invernal del K2, reescribie­ndo la historia de los porteadore­s a la sombra de los grandes alpinistas internacio­nales, los sherpas.

Los diez nepalíes, nueve de ellos de la etnia sherpa, lograron en tres semanas lo que la comunidad de montañeros había creído imposible durante más de medio siglo, escalar en invierno la segunda montaña más alta del mundo con sus 8.611 metros.

El K2 se ha cobrado la vida de uno de cada tres escaladore­s que han alcanzado la cima, con 84 fallecidos y más de 300 cumbres. El último fallecido fue el alpinista español Sergi Mingote, que no sobrevivió a una caída el mismo día de la ansiada hazaña invernal.

El 16 de enero, a primera hora de la tarde, los diez escaladore­s llegaron juntos a la cima entonando el himno de Nepal.

“El equipo esperó 10 metros por debajo de la cima para formar un grupo y subimos juntos mientras cantábamos el himno nacional. Estamos orgullosos de haber hecho historia y de demostrar que la colaboraci­ón, el trabajo en equipo, y una actitud positiva pueden romper los límites que creemos imposibles”, publicó tras la hazaña el escalador Nirmal Purja, el único de los diez que no es sherpa.

Junto a Purja subieron Mingma David Sherpa, Mingma Tenzing Sherpa, Sona Sherpa, Galjen Sherpa, Pem Chiri Sherpa, Dawa Temba Sherpa, Dawa Tenjin Sherpa, Kili Pemba Sherpa, y Mingma Gyalze Sherpa.

Purja, que ostenta el récord de haber ascendido los 14 ochomiles en el menor tiempo, fue también el único de los diez nepalíes que ascendió el K2 sin la ayuda de oxígeno artificial.

Los tradiciona­les porteadore­s, que cargan equipajes y guían las rutas de los escaladore­s internacio­nales, han estado detrás de la victoria de miles de alpinistas que coronan cada año los picos del Himalaya.

“Durante décadas, los sherpas nepalíes han ayudado a personas de todo el mundo a escalar, a hacer récords y disfrutar del éxito. Este año lo hicimos por nuestra cuenta”, dijo Mingma Gyalze Sherpa en una entrevista telefónica desde el campamento base del K2.

“Los sherpas no somos solo porteadore­s de montaña escalando para nuestro sustento”, agrega orgulloso el escalador, que comenzó su carrera como porteador.

La cima del K2 saca de la sombra así a todos los sherpas nepalíes “que no hemos obtenido el reconocimi­ento que merecemos”, destacó Kami Rita Sherpa, el plusmarqui­sta con el mayor número de ascensos al Everest, 24, que observó desde Nepal el momento de orgullo nacional.

Desde que fue escalado por primera vez en el verano de 1954, el K2 es considerad­o uno de los ascensos más difíciles del mundo, debido sobre todo a temperatur­as que caen en invierno hasta los -50ºc, vientos de 200 km/h o el riesgo constante de avalanchas.

Su complejida­d es clara si se comparan los más de 300 montañeros que han alcanzado su cima, con los 6.507 que lograron coronar el Everest por el lado nepalí desde 1953.

El ascenso a la cumbre del K2, que se extiende a ambos lados de Pakistán y China, no fue fácil, y requirió de casi 16 horas luchando contra temperatur­as extremas después de iniciar el ascenso final de madrugada, relató Mingma G.

La decisión de que un grupo de nepalíes intentara hacer cima llegó después de que “algunos escaladore­s internacio­nales (alrededor de 30) no se sintieran cómodos para unirse al equipo sherpa, ya que no habían completado la aclimataci­ón”, explicó Mingma G.

Ese ascenso fue “uno de los más duros de todos los tiempos”, publicó en Facebook Nirmal Purja.

“Hubo momentos en los que miembros del equipo casi dieron la vuelta debido al frío extremo. Pero todos empujamos hasta el límite con un propósito, un objetivo común: conquistar el K2 en invierno, alcanzar el último gran desafío de montañismo”, contó el exsoldado “gurkha”, el temido cuerpo de elite del Ejército británico formado por nepalíes.

UN RETO

Desde que fue escalado por primera vez en el verano de 1954, el K2 es considerad­o uno de los ascensos más difíciles del mundo, debido a las bajas temperatur­as.

Durante décadas, los sherpas nepalíes han ayudado a personas de todo el mundo a escalar, a hacer récords y disfrutar del éxito. Este año lo hicimos por nuestra cuenta.

MINGMA GYALZE, sherpa nepalíe

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de casi 16 horas luchando contra temperatur­as extremas.
Equipo. El ascenso a la cumbre del K2 requirió de casi 16 horas luchando contra temperatur­as extremas.

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