¿Volverán las oscuras golondrinas?
Hoy uno quisiera que todo vuelva a lo de antes, a lo de siempre, a lo cotidiano y hasta, a veces, a lo aburrido. “Cualquier tiempo pasado fue mejor”, en tiempos de pandemia esto es cada vez más cierto. Extrañamos el cafecito de la esquina, la cangrejada del sábado en la noche o el asado dominical. Las tertulias inoficiosas en el patio de comida del centro comercial. También algún bailecito espontáneo a media semana con nuestra compañera acolitadora. Las caminatas matutinas, los atardeceres frente al mar y el encuentro efusivo con esos “seres bajitos” que tenemos la dicha de llamar nietos. También añoramos los fines de semana de naipes o juegos de mesa, y algún desafinado canturreo en vivo con alguna guitarra vetusta. Y por supuesto, los abrazos y besos a amigos y seres queridos también están en la lista de espera. ¿Volverán las oscuras golondrinas? Los “balcones de la vida” están cerrados hasta nuevo aviso. Ellas no encuentran dónde posarse. Y mi alma se entristece porque... ya no volverán. Dicen que hasta 2024.
“Una golondrina no hace verano”, pero en época de melancolía una sola podría hacer la diferencia, darnos esperanzas. Y ojalá que nos traiga el mejor presagio, tan esperado en estos últimos tiempos: la luz al final del camino y el vaticinio de que una era de paz social y armonía mundial están cerca. Que así sea.