Sobre padrinos
Sabíamos que no habíamos dejado atrás al COVID. No fuimos tan ilusos como para pensar que año nuevo equivalía a la eliminación automática del virus. Pero lo que no se nos ocurrió es que reaparecería una palabra que esperábamos ver enterrada en el 2020: reparto. Reparto de hospitales. Después del escándalo, del dolor, de las cabezas que rodaron, nos imaginamos que no había más que repartir. O que no osarían a volver a burlarse de nosotros, sus ciudadanos. La ilusión, el arco de agua con el que recibimos la esperanza (por pequeña que fuera) se vio empañada. Reparto de vacunas. Y volvemos a salir en la BBC. Titular: “Coronavirus en Ecuador: el escándalo por la decisión del ministro de Salud de vacunar primero a sus familiares”. La acción en sí misma es repudiable. Pero las declaraciones para justificar su actuar es lo que verdaderamente preocupa: “Lo hice en mi calidad de ministro de Salud, en mi calidad de doctor y en mi calidad de hijo. Lamento muchísimo y de manera muy profunda que mi presencia haya sido percibida de una manera negativa, si esto fue o no una imprudencia política de mi parte, no lo sé, no soy político, no entiendo de (lo) político”. No es político. No entiende de eso. ¿Cómo entonces está manejando un Ministerio? Tal vez ese sea el problema. Tenemos -en este caso- el perfil idóneo para el puesto: médico, especialista en epidemiología. Pero, ¿cuál es el resultado si no tiene formación en valores democráticos? Si se desentiende de conceptos básicos que deberían reinar en el servicio de la esfera pública. Entre esos la igualdad ante la ley y que justificar una acción en calidad de hijo es lo más cercano a nepotismo. Por algo será que Platón afirmaba en La República que la figura ideal del gobernante es la del Sabio. Aquí no hay lugar para la empatía. Al final del día, los ecuatorianos tenemos madres que quisiéramos ver a salvo. Pero tenemos que esperar el proceso fundamentado bajo un criterio. Nos exigen obediencia y ciudadanía, mientras nos demuestran que para ellos quien tiene padrino se bautiza. La apatía y la desobediencia serán su legado.