Contrastes
Hace algunas semanas y luego de una sentencia internacional que condenaba al Estado, escuchamos a un sentido presidente pedir disculpas por la violación de una alumna a manos de un docente. Meses atrás un juez condenaba a otro grupo por igual motivo, y hace poco la ministra de Educación nos sorprendía con la información del que el 5 % de los docentes fiscales no se contactan, durante la pandemia, con sus alumnos, por no considerarlo necesario, y otro 5 % por no poder hacerlo.
Ese es el lado oscuro de la docencia, pero sin duda también existe otra realidad, más transparente y ejemplar, como la de aquella joven que a las tardes en su bicicleta visitaba a sus estudiantes para salvar los problemas de conectividad, o aquella otra que en Monte Sinaí reunía en una cabaña improvisada como aula a sus alumnos para actualizarlos, y las de aquellos educadores que en circunstancias normales viajan horas, a veces a pie, a veces en canoa, para llegar a sus clases.
Las dos realidades coexisten y hablan de la necesidad de poner más atención en la selección del profesor público.
Y es que para ser educador no basta conocer la materia, ni siquiera ser culto o brillante expositor, por ello en los procesos de selección han de incorporarse pruebas que nos hablen de cómo es cada quien; sí, de quién es el educador al que vamos a entregar un grupo de niños y adolescentes para ser formados.
No basta la norma, no basta
Los contrastes nos hablan claramente de la necesidad de ser más preocupados y asertivos en la selección docente’.
la pedagogía ni la ciencia, necesitamos saber cómo es la persona, escudriñando en la personalidad del aspirante, tratando de conocer el carácter y la forma de reaccionar del individuo. Necesitamos intentar llegar al yo oculto de cada uno, para poder con seguridad y confianza entregar la designación de profesor.
Las sanciones son bienvenidas y necesarias pero se producen luego de la falta. Deberíamos intentar prevenir, anticiparnos, saber seleccionar; no hacerlo nos involucra, nos convierte en parte de lo que pudimos haber evitado si se hubiesen tomado precauciones.
Los contrastes nos hablan claramente de la necesidad de ser más preocupados y asertivos en la selección docente.