Por el bien del Ecuador debemos elegir presidente al candidato más capacitado
Que la desgracia nos viene a todos en la vida es filosófico y real. Que los pueblos se dan los gobiernos que merecen, es irónico y falso. Que la democracia es mala pero es lo mejor que tenemos, es posible. Las tallas de Clemente Yerovi o Sixto Durán Ballén eran presidenciales. Los gobiernos que hemos tenido han sido efímeros y es muy difícil evaluar su administración. Contados gobernantes están en la mente de los ciudadanos, unos por el largo tiempo en el cargo y otros por los atropellos cometidos. Hay que tomar en cuenta que los votantes van cambiando y se llevan el recuerdo. 40 años de velasquismo quedaron en la memoria 10 o 15 años, no más. El gobierno roldosista y la impactante figura de su líder se desvaneció en 10 o 15 años. Correa no podrá ingresar al país, salvo que una Asamblea le dé amnistía o un presidente lo indulte. Su votación cautiva le será leal por unos cuatro años más. Nacerán otros votantes. Los ecuatorianos no estamos para ensayos económicos ni políticos. De los nombres que persiguen la presidencia el único que se salva es Guillermo Lasso. Se lo siente coherente, entrega positivismo, es práctico, conoce de administración pública; no está lucubrando lo que puede decir y menos lo que tendrá que hacer. Le han creado manchas como banquero, lo cual ya no es; y como político, sin que tenga que nada que ver, con el feriado bancario.
Ab. Franklin Lituma