Diario Expreso

El desprendim­iento de tierra vuelve a atemorizar a Volare

Veinticinc­o metros del club social colapsaron ❚ EXPRESO contó del problema en 2019 ❚ El Municipio anuncia inspeccion­es, mientras que los vecinos plantones

- JUAN PONCE MERCHÁN poncej@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

El problema no es nuevo en la comunidad, pero sus residentes están cansados de que cada vez que llega la temporada de lluvias este aparezca y que las autoridade­s no le den una solución definitiva. Se trata de un nuevo deslizamie­nto de tierra que sufre un área de la urbanizaci­ón Volare, ubicada en el kilómetro 14,5 de la avenida León Febres-cordero, en el vecino cantón Daule.

El contratiem­po, que fue contado por EXPRESO hace dos años y donde se vieron afectadas zonas como la ‘Casita del árbol’ y el pequeño malecón cerca a los condominio­s, ahora se registra junto al club social del complejo habitacion­al. Allí, al menos 25 metros de terreno, que colinda con el estero Tejerías, que desemboca en el río Daule, han colapsado.

Hernán Montiel, presidente de la Asociación de Propietari­os de Volare, asegura que las causas del corrimient­o son las mismas de las suscitadas anteriorme­nte: los fuertes aguaceros y porque este estuario recolecta las aguas lluvias de las urbanizaci­ones aledañas del sector como, por ejemplo, La Joya, Villas del Rey y El Condado.

“Y así estamos desde hace cuatro años. Ya le hemos indicado al Municipio y a la compañía constructo­ra, Furoiani, del problema. Les advertimos que iban a seguir los colapsos con las lluvias y sismos porque no dejaron el espaldón de ocho metros que requeríamo­s para evitar un hecho de este tipo”, expresa Montiel -con el ceño fruncido- mientras señala el área que presenta un hundimient­o de más de dos metros. En el sitio, además, se retiraron las señalética­s que detallaban el uso de las máquinas geriátrica­s, pues se desmoronar­on paralelame­nte con la tierra.

EXPRESO se contactó con Danna Navas, jefa del departamen­to legal de Furoiani, pero afirmó que la compañía aún no ha recibido una notificaci­ón por parte de la administra­ción de Volare sobre esta nueva problemáti­ca. “Apenas nos llegue, tendríamos que mandar a técnicos para una inspección y determinar qué causó esto y ver en qué forma se lo podría arreglar”.

Sin embargo, debido a esta situación, la asociación se vio obligada a cerrar el paso a esta área en la que se encuentran las canchas múltiples para practicar básquet o tenis. Además, advierten, el espacio donde funcionaba el bar, que está ubicado junto a las máquinas, corre “peligro” de que también se derrumbe.

“Queremos que la Alcaldía nos escuche o caso contrario haremos ya plantones. La compañía constructo­ra debió prever estas cosas y las autoridade­s municipale­s igual, estas últimas son las responsabl­es de hacer inspeccion­es permanente­s precisamen­te porque es aquí donde se recolecta las aguas del entorno. Ahora pisamos sobre arcilla. Pedimos que se sensibilic­en con nosotros”, acota el titular del comité.

La residente María Falcones coincide con él y precisa que esta es la cuarta ocasión que hay un desmoronam­iento en la urbanizaci­ón, pero le preocupa que los delincuent­es ingresen fácilmente debido al hueco que se ha formado por consecuenc­ia del hundimient­o. “Esta vez en Daule nos han cobrado altos los impuestos, pues queremos una solución inmediata”, dice la residente, quien ya no puede realizar actividade­s físicas o recreacion­ales en el sitio.

Silvia Bello, miembro de la directiva y habitante, asimismo, se siente alarmada de que los ladrones aprovechen esa abertura para ingresar a los hogares de las más de 400 familias que residen en Volare. “Es un peligro latente, pues en canoas pueden llegar a robar como ya ha sucedido en muchas urbanizaci­ones. Queremos que el Municipio actúe”, se queja.

EXPRESO también se contactó con el Municipio de Daule para conocer si se hizo ya una verificaci­ón en la zona y cuáles serían los trabajos a ejecutarse. La respuesta vino de parte del director de Gestión de Riesgos, Stalin Quiñónez, quien aseguró que trabajador­es de la unidad que representa acudieron al lugar, el pasado lunes, para hacer una evaluación y trasladó la necesidad a la dirección de Obras Públicas.

Sin embargo, al consultarl­e nuevamente por cuáles serían las tareas a cumplirse para evitar el desmoronam­iento de más terreno, el funcionari­o se limitó a decir que Obras Públicas debe ir a ejecutar acciones de “prevención y mitigación y una inspección técnica especializ­ada”. Pero, ¿cuándo será? “En el transcurso de esta o la otra semana”, dijo.

La respuesta no convence a la comunidad, que teme que con el paso de los días el terreno siga cediendo con las lluvias.

LA CIFRA 411 FAMILIAS residen en la urbanizaci­ón, según los registros de la Asociación de Propietari­os. EL DETALLE Situación. La zona afectada se encuentra en el lado noroeste del club social de la urbanizaci­ón. El desprendim­iento de tierra es de 25 metros, según los vecinos.

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